Crónica RDCongo.- Los rebeldes de Nkunda, las milicias y el Gobierno firman finalmente el acuerdo de paz para Kivu

Actualizado: miércoles, 23 enero 2008 20:05

El CNDP accedió finalmente a firmar, tras sus reticencias de última hora que obligaron a aplazar el fin de la conferencia de Goma

MADRID, 23 Ene. (EUROPA PRESS) -

Después de 17 días de conversaciones y tras los ajustes de última hora, el Gobierno de la República Democrática del Congo (RDC), los rebeldes tutsis del general disidente Laurent Nkunda y las diversas milicias armadas que operan en la zona firmaron hoy en Goma, capital de Kivu Norte, el acuerdo de paz que presumiblemente pondrá fin a los enfrentamientos armados en los Kivus (este). El acuerdo debería dejar atrás un conflicto que ha dejado un número indeterminado de muertos y más de 400.000 desplazados.

El Acta de Compromiso por la Paz, la Seguridad y el Desarrollo, denominación oficial del documento, fue firmada, en este orden, por Kambasu Ngeve, representante del Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP) de Laurent Nkunda, y por los delegados de las varias milicias que operan en la región, entre ellas los Patriotas Resistentes Congoleñas (PARECO) y los Mai Mai, según informó Radio Okapi, la emisora de la Misión de la ONU (MONUC).

El "histórico" acontecimiento, según palabras de la televisión nacional, se celebró en presencia de un centenar de delegados comunitarios, de políticos --incluido el presidente Joseph Kabila-- de embajadores extranjeros y de representantes de la sociedad civil.

El acuerdo, que obliga a todos los grupos armados y a todos los movimientos político-militares a poner fin de forma inmediata a las hostilidades en los dos Kivus, es el resultado de más de dos semanas de negociaciones en Goma, respaldadas por Naciones Unidas, la Unión Europea y Estados Unidos.

El nuevo acuerdo supone una --de momento tenue-- luz de esperanza para un país que, según un reciente informe de la organización humanitaria International Rescue Committee (IRC), ha registrado 5,4 millones de muertos en los últimos diez años relacionados tanto con la guerra de 1998-2003 como con la larga posguerra que le sucedió. El mismo informe reveló que la guerra y sus secuelas, en especial la malnutrición y las enfermedades, causan la muerte de 45.000 personas cada mes, de los cuales casi la mitad son niños menores de cinco años.

LA FIRMA Y LOS ESCOLLOS FINALES

La firma del acuerdo estaba prevista inicialmente para ayer martes, pero a última hora se debió prorrogar la conferencia debido a la falta de acuerdo entre las partes para la firma del alto el fuego. Este mediodía, tras varias reuniones a puerta cerrada, el portavoz de Nkunda, René Abandi, anunció que su movimiento había decidido, "definitivamente", firmar el acuerdo después de obtener el consentimiento de su propio líder, atrincherado en las montañas de Kivu Norte.

Fuentes de la sociedad civil informaron ayer a MISNA que la delegación de Nkunda había presentado nuevas condiciones para la firma ante el órgano decisorio de la conferencia, la Oficina del Comité de Sabios. Concretamente, había reclamado la creación de una comisión técnica bilateral entre el CNDP y el Gobierno encargada de supervisar la aplicación de las recomendaciones de Goma y había exigido la firma de dos acuerdos distintos, uno con el Gobierno y el otro con los grupos armados de la región.

Al final, el CNDP accedió a firmar el acta de comprimiso que le ofrecían el resto de delegaciones. "Vamos a firmar, el texto que se nos ha ofrecido es bueno", declaró hoy René Abandi a Reuters. "Ya es definitivo", añadió.

A falta de que se sepan más detalles sobre el acuerdo, fuentes diplomáticas y observadores internacionales presentes en la ceremonia informaron el pasado lunes a Reuters de que el acuerdo de paz establece un alto el fuego inmediato y permanente entre todos los bandos e impone la retirada de los combatientes de Nkunda de sus posiciones de avanzadilla en Kivu Norte --ocupadas el pasado mes de diciembre, tras el fracaso de una ofensiva del Ejército--, en las que se creará una zona de nadie patrullada por los 'cascos azules' de la misión de la ONU (MONUC).

Asimismo, una comisión técnica se encargará de supervisar el desarme de los rebeldes de Nkunda y de las milicias, así como su integración en el Ejército nacional o su desmovilización. El Gobierno, por su parte, promoverá una ley que garantice la amnistía para estos rebeldes, que abarque los casos de "insurgencia y actos de guerra" y que excluya los crímenes de guerra, los crímenes contra la Humanidad y el genocidio.

Precisamente, una de las exigencias de última hora del CNDP era que la amnistía englobara los crímenes de guerra. Laurent Nkunda está perseguido precisamente por este tipo de crímenes desde septiembre 2005.

LOS KIVUS Y NKUNDA

Kivu Norte y Kivu Sur, dos provincias fronterizas con Ruanda que abarcan la gran región que rodea al lago Kivu, fueron el escenario desde 2000 de los enfrentamientos entre el Ejército de la RDC, las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR) y los diversos grupos armados formados por renegados del Ejército --como es el caso de Nkunda-- o por milicias rebeldes.

En todos estos años y en todas sus etapas, el conflicto en la región se ha caracterizado por abarcar toda la gama posible de violaciones de Derechos Humanos y del Derecho Internacional Humanitario posibles en una guerra sin control como la que ha sufrido y sufre la RDC, como ejecuciones extrajudiciales, violaciones de mujeres, detenciones arbitrarias, reclutamiento de niños soldados y torturas.

El tutsi Laurent Nkundabatware (más conocido como Laurent Nkunda), de 41 años de edad, ocupa un lugar tristemente destacado en este tipo de hechos. Antiguo estudiante de psicología y devoto cristiano pentecostal, Nkunda se unió durante el genocidio ruandés de 1994-1995 al Frente Patriótico Ruandés (FDR) en su lucha contra el Ejército y el Gobierno de este país, controlado por entonces por los hutus.

Al término de la guerra, que dio la victoria a los tutsis, regresó a Congo, donde combatió en un primer momento en las filas del presidente Laurent-Desiré Kabila y de su hijo y actual mandatario Joseph Kabila en su lucha contra el dictador Mobutu. Fue el inicio de la sangrienta 'primera guerra mundial africana', que comenzó en agosto de 1998 con la invasión de las tropas de Ruanda, Uganda y Burundi y que causó directamente alrededor de cuatro millones de muertos, el mayor número de víctimas registrado en el planeta desde la Segunda Guerra Mundial.

Una vez derrocado Mobutu, Nkunda luchó contra el Gobierno de Kinshasa entre 2000 y 2003 en las filas de la formación rebelde Agrupación Congoleña por la Democracia (RCD), con el apoyo de Ruanda, Uganda, Burundi y otros grupos tutsis. En mayo de 2002, Nkunda fue acusado de la masacre de 160 personas en Kisangani, por lo que la entonces alta colmisionada de la ONU para Derechos Humanos, Mary Robinson, ordenó su detención. El militar respondió acusando a la ONU de no haber hecho nada para impedir el genocidio ruandés de 1994.

En 2003, Nkunda se incorporó al Ejército, tras la constitución del Gobierno de Transición, y en 2004 alcanzó el rango de general. No obstante, poco después mostró su rechazo al Gobierno de Kinshasa y junto a milicianos de la RCD-Goma se sublevó en las selvas de Masisi, en Kivu Norte, en diciembre de 2006, en defensa de los derechos de la minoría tutsi, que, según él, estaba siendo atacada por los hutus.

En agosto de 2007, Nkunda constituyó su propio gobierno 'de facto' en la zona, con sus instituciones policiales, su propia cadena de radio, su sistema de impuestos, su propia bandera, su propio 'país' (la 'Tierra de los Volcanes') y su propio partido único, el CNDP. Desde entonces, las fuerzas de Nkunda han sido acusadas de gravísimas violaciones de Derechos Humanos, como asesinatos, violaciones, saqueos y reclutamiento de niños soldados. En septiembre de 2005, el propio militar fue acusado de crímenes de guerra por el Tribunal Penal Internacional (TPI).