MADRID, 13 Sep. (EUROPA PRESS) -
El ex ajedrecista y político opositor ruso Garry Kasparov consideró hoy que cada vez es más probable que el presidente ruso, Vladimir Putin, permanezca en el poder "de forma ilegítima" a partir de marzo cuando expira su mandato, pero también se dijo convencido de que antes o después Rusia vivirá una crisis social y también política por el enfrentamiento entre los grupos que rodean al Kremlin.
Kasparov, que presentó hoy en Madrid su libro 'Cómo la vida imita al ajedrez', opina que con las últimas decisiones tomadas por el presidente ruso --como el nombramiento ayer de Viktor Zubkov como primer ministro-- parece "cada vez más probable que se quede" en el poder, pese a que en reiteradas ocasiones éste ha dicho que no seguirá en el cargo ya que la Constitución rusa no permite un tercer mandato.
Preguntado por la designación por sorpresa ayer de Zubkov para suceder a Mijail Fradkov, el ex campeón del mundo de ajedrez afirmó que "sólo es una sorpresa para aquellos que tratan de seguir la lógica de la política normal". Para Kasparov "la lógica que usa no tiene que ver con la de las democracias" porque en los países democráticos "el Gobierno cambia con las elecciones y no antes de ellas".
En este sentido, subrayó que tanto el viceprimer ministro primero, Sergei Ivanov, como el también viceprimer ministro primero, Dimitri Medvedev, a los que se daba como principales candidatos para suceder a Fradkov en el Gobierno y a continuación a Putin en la presidencia, sólo han sido "cortinas de humo". "Putin fue y sigue siendo un hombre del KGB y dirige Rusia como si fuera una organización secreta, recurriendo sólo a personas en las que confía plenamente".
Según Kasparov, "si Putin decide quedarse, algo que no parece improbable, se derribará el último pilar en el que se sustenta la Constitución rusa y llegaremos a una dictadura abierta". Dicha dictadura, añadió, "perdurará en la medida en que los precios del petróleo se mantengan" pero, subrayó, "entonces Putin no tendría ninguna legitimidad".
No obstante, según el líder del Frente Civil Unido, el régimen de Putin tiene "el punto débil de todas las dictaduras" que es que "lleva al país a un punto muerto y no ofrece soluciones a los problemas más urgentes". A este respecto denunció que "al menos el 80% de los rusos no disfrutan de los beneficios" que conllevan los altos precios del petróleo".
CRISIS EN RUSIA
Por ello, se dijo convencido de que "Rusia tendrá que enfrentarse a una crisis en los próximos años". Según el ex ajedrecista, habrá "una crisis social, porque la diferencia entre ricos y pobres es cada vez mayor". También habrá "una crisis por derrumbamiento de las infraestructuras" ya que, argumentó, no se está invirtiendo en ellas y pese a que el Gobierno tiene beneficios "el dinero se gasta en otros lugares", principalmente en Occidente.
Además, añadió, "la crisis política es inevitable debido a que los grupos que rodean al Kremlin se terminarán enfrentando". Según Kasparov, "si Putin se va esta lucha empezará el próximo año, ya que no se puede influir en la política rusa desde fuera".
Ante esta situación de incertidumbre sobre el futuro de Putin, lo mejor para la oposición, señaló, es "no tomar ninguna decisión antes de saber si Putin se queda o se va". En todo caso, añadió, "el régimen tiene suficiente poder y recursos como para seguir controlando la situación" y que "las elecciones de marzo serán otro procedimiento falso".
En este sentido, dijo que la oposición, agrupada en la coalición Otra Rusia, "tiene que seguir avanzando para formar un foro alternativo y aglutinar a aquellos que han sido apartados del ámbito político de Rusia" y "mostrar constantemente al pueblo ruso que hay otras posibilidades". En todo caso, dijo, como en el ajedrez, "lo más importante es mantenerse en el juego" y por el momento Otra Rusia lo está consiguiendo.
DIFERENCIAS ENTRE LA OPOSICIÓN
En cuanto al hecho del variado espectro de procedencia de los integrantes de Otra Rusia --desde extrema izquierda a liberales--, Kasparov defendió que en cualquier país que vive en dictadura llega un momento en que "es necesario que distintas fuerzas políticas se unan". "No se trata de una lucha por el poder, sino para derribar el régimen y restaurar el sistema democrático", precisó.
En este sentido, admitió que los integrantes de Otra Rusia "no ocultamos nuestras diferencias y si hubiera elecciones libres nos sentaríamos en el Parlamento en lugares diferentes", pero dijo que hasta los más radicales de izquierda "reconocen que la democracia liberal es la única cimentación sólida para un Estado moderno".
Sin embargo, Kasparov no quiso aclarar si él será candidato o no a la presidencia. "No excluyo nada pero no suelo hacer cosas fútiles por definición", aseveró al ser preguntado, si bien en un momento de su intervención recordó que siempre ha dicho que "haría todo lo posible para que la oposición se uniera y desmantelar al régimen de Putin".
MOVILIZACIÓN CIUDADANA
En cuanto a la posibilidad de movilizar masivamente a los ciudadanos y sacarles a las calles --como ha ocurrido recientemente en otros países de la región provocando la caída de regímenes autoritarios--, Kasparov opinó que "hacer que la gente salga a la calle es una idea bonita, pero el riesgo de hacerlo en Madrid y Moscú es distinto". En Rusia, incidió, "nos enfrentamos a una fuerza policial a la que no se ha pedido que sea piadosa".
"Supongo que al final la gente saldrá a las calles pero habrá que contarles algo más que las elecciones han sido falseadas", señaló. Para Kasparov, "la única razón por la que no hay manifestaciones multitudinarias es porque todavía se sigue bajo el 'shock' de 1991" cuando, dijo, "todos querían que el régimen se fuera pero el país también se ha ido". Por eso, opinó, "cuando la gente piense que este régimen amenaza el país, entonces saldrá masivamente a las calles".
Kasparov, que con su libro ha tratado de extrapolar su experiencia en el mundo del ajedrez a la toma de decisiones, ha llegado a la conclusión de que lo importante es conocer los puntos fuertes y los puntos débiles de uno mismo y también los del adversario y "crear las condiciones necesarias para que nuestros puntos fuertes prevalezcan y los del enemigo se debiliten".
Preguntado sobre la posibilidad de que le pueda ocurrir lo mismo que a la periodista Anna Politovskaya y al ex espía Alexander Litvinenko --asesinados presuntamente por sus críticas al Kremlin--, el ex ajedrecista admitió que existe ese "riesgo y lo único que puedo hacer es minimizarlo". Para ello, explicó, en Rusia lleva siempre guardaespaldas, no va a restaurantes o se reúne con gente que no conozca, y por sistema no bebe ni come nada cuando realiza trayectos aéreos cortos dentro de Rusia.
"Sé que los guardaespaldas no van a protegerme de un atentado promovido por el Estado, pero evita el riesgo de que a uno le maten como a Politovskaya", señaló.
CRÍTICAS A OCCIDENTE
Por otra parte, tuvo palabras de crítica hacia Occidente, y en particular hacia los países que integran en G-7, ya que, dijo, su política de aceptar a Putin "ha tenido un efecto devastador" y ha permitido al Kremlin esgrimir que al reunirse con los dirigentes de las principales democracias del mundo él también es un "demócrata".
No obstante, reconoció que últimamente ha habido "algunos cambios positivos" y por ejemplo, recordó, la canciller alemana, Angela Merkel, se atrevió a criticar a Putin en territorio ruso durante la cumbre UE-Rusia del año pasado. Además, añadió, "hay una tendencia a reconocer cada vez más el carácter dictatorial del régimen".