Crónica S.Leona.- Charles Taylor boicotea la primera sesión del juicio en La Haya y exige ser su propio abogado

Actualizado: lunes, 4 junio 2007 17:20

Tras la presentación de los cargos por crímenes de guerra y crímenes contra la Humanidad, el juicio queda aplazado hasta el 25 de junio

LA HAYA, 4 Jun. (EUROPA PRESS) -

El tan esperado juicio contra el ex presidente liberiano Charles Taylor ante el Tribunal Especial para Sierra Leona comenzó hoy en La Haya en ausencia del procesado, quien se negó a comparecer con el argumento de que no iba a recibir "un juicio justo".

Taylor, de 59 años y que deberá responder de cargos por crímenes de guerra y crímenes contra la Humanidad cometidos durante la guerra civil sierraleonense --por los que podría ser condenado a cadena perpetua--, retiró su confianza al abogado defensor designado por el propio Tribunal y reclamó su derecho a ser representado por sí mismo. En caso de que sea declarado culpable, el Gobierno de Reino Unido se ha mostrado dispuesto a acoger a Taylor en una cárcel de su país.

En una carta leída ante la sala por su abogado defensor, Karim Khan, el ex presidente lamentó que se le hubiera impedido reunirse con un abogado de su preferencia y se le hubiera impuesto otro letrado insuficientemente preparado para defenderle, en referencia al propio Khan.

"Es con gran tristeza que escribo a Su Señoría para informarla de que no me siento en condiciones de participar en los procedimientos abiertos en mi contra", se lee en la carta leída ante la sala por el abogado. "En su momento confié en la capacidad de este Tribunal para impartir justicia de forma honesta e imparcial, pero con el tiempo ha quedado claro que mi confianza estaba injustificada", prosiguió. "No recibiré un juicio justo", añadió.

Los partidarios de Taylor han alegado que el equipo de la defensa no ha tenido tiempo suficiente para preparar el caso. En respuesta a las palabras del procesado, el fiscal jefe, Stephen Rapp, recordó ante el Tribunal que al ex presidente se le había asignado un abogado, un investigador especial y una cantidad de dinero. "Todo lo que se podía dar se le ha dado", aseguró el fiscal jefe ante el Tribunal.

La propia juez principal, la ugandesa Julia Sebutinde, interrumpió en varias ocasiones a Khan durante la lectura de la carta de Taylor para reclamarle que explicase adecuadamente la ausencia del procesado. "No nos interesan los discursos políticos", le espetó.

Una vez leída la declaración, en la que Taylor anunciaba que retiraba su confianza a Karim Khan, el abogado pidió disculpas a la sala, recogió sus documentos de la defensa y abandonó la sala, a pesar de los requerimientos de la juez Sebutinde para que siguiera representando a Taylor al menos en la sesión de hoy.

Pese a todo, el Tribunal ordenó que continuase el juicio y el fiscal Stephen Rapp empezó a leer su declaración inicial, en la que expuso los cargos contra Charles Taylor. Al término de la exposición de las pruebas de cargo, el juicio ha quedado aplazado hasta el próximo 25 de junio. De momento se desconoce quién ejercerá la defensa cuando se reanude el proceso.

LOS CARGOS

Taylor, detenido en marzo de 2006 tras un rocambolesco intento de fuga desde su dorado exilio nigeriano --vivía desde 2003 en la localidad costera de Calabar--, fue acusado en marzo de 2003 de once cargos por crímenes de lesa humanidad, crímenes de guerra y otras violaciones graves de las leyes humanitarias internacionales, de los cuales se declaró "no culpable" en julio de 2006, durante una primera comparecencia anterior al juicio. El ex presidente se convierte así en el primer dirigente africano que comparece ante un tribunal internacional.

Taylor se enfrenta a estos cargos por su presunto respaldo a los rebeldes del Frente Revolucionario de Sierra Leona (RUF), liderados por Fody Sankoh, para garantizarse la comercialización de los diamantes extraídos en las zonas controladas por los rebeldes. Durante la guerra civil en este país, entre 1991 y 2002, las milicias del RUF cometieron miles de asesinatos de mujeres, hombres y mujeres, violaron y secuestraron a muchas mujeres y mutilaron a golpe de machete a numerosas personas.

Durante su intervención ante el Tribunal, el fiscal describió los horrores cometidos por el RUF contra la población civil de Sierra Leona. Los rebeldes atacaban frecuentemente las aldeas, asesinaban a una serie de personas y esclavizaban a otras para utilizarlas como combatientes, mineros o granjeros, y "les mutilaban, les amputaban brazos y miembros, les arrancaban los ojos", explicó. "Los niños eran obligados por los atacantes a matar a sus propios padres", prosiguió Rapp.

En el acta de acusación, firmada en marzo de 2003, el Tribunal Especial para Sierra Leona inculpa a Charles Taylor de crímenes contra la Humanidad cometidos en el contexto de "un amplio y sistemático ataque dirigido expresamente contra la población civil" por los rebeldes de Sierra Leona, a quienes el ex mandatario supuestamente ayudó logísticamente y con armas entre 1996 y 2000.

Entre las acciones que según el Tribunal cometió el RUF con el apoyo o consentimiento de Taylor destacan los actos de terror contra civiles, incluidos castigos colectivos a las poblaciones que apoyaron al Gobierno electo de Sierra Leona o que no dieron suficiente ayuda a las tropas rebeldes, y los homicidios ilegales de civiles. "Las víctimas sufrieron con frecuencia disparos, hachazos hasta la muerte y quemaduras hasta la muerte", indica la acusación.

Asimismo, la acusación denuncia actos de violencia sexual contra las mujeres y niñas civiles, incluidas violaciones brutales, en ocasiones múltiples. Aparte, cientos de mujeres y niñas fueron obligadas a trabajar como esclavas sexuales, algunas de ellas durante años. El acta de acusación informa también de numerosos actos de violencia física contra civiles, incluidas amputaciones de miembros humanos u otras mutilaciones.

El Tribunal denuncia también el uso de niños soldados --niños y niñas menores de 15 años de edad-- en actos de combate. Muchos de estos menores habían sido secuestrados y posteriormente entrenados como combatientes en los campamentos de las fuerzas de Taylor, según la acusación.

También se incluye en la acusación la esclavización de civiles a los que se obligaba a trabajar en servicios domésticos y en las minas de diamantes, los saqueos e incendios de aldeas --en algunos casos fueron incendiadas todas las casas de algunos asentamientos-- y los ataques a las fuerzas de paz de Naciones Unidas y a trabajadores humanitarios, algunos de los cuales fueron asesinados y otros secuestrados.

TESTIGOS Y PARTIDARIOS

Durante el juicio, los testigos de cargo, supervivientes de las matanzas y algunos de ellos mutilados, deberán comparecer ante la sala junto a antiguos aliados de Taylor. Por ello, muchos de ellos lo harán bajo anonimato por temor a represalias y algunos recibirán incluso protección cuando hayan prestado testimonio.

Los partidarios del ex presidente, entre ellos su hija Charen Taylor --quien reside en Estados Unidos y abandonó la universidad para ayudar en su defensa--, han asegurado que el procesado ha sido injustamente tratado por los fiscales. "Está pagando por lo que hicieron otros", declaró la hija.

Taylor lideró una insurgencia armada en Liberia en 1989 y obtuvo el poder tras las elecciones presidenciales de 1997. Tres años más tarde los rebeldes se alzaron en armas contra él, y en 2003 huyó a Nigeria, después de 14 años de guerra civil en Liberia. El pasado mes de marzo fue capturado mientras intentaba huir de Nigeria, después de que el Gobierno de este país accediera a entregarlo al Tribunal.

Una vez detenido y trasladado a Freetown, fue finalmente trasladado a La Haya hace un año por temor a que la celebración del juicio en Sierra Leona --tal como estaba inicialmente previsto-- desencadenara la violencia en la región. El juicio se celebra en las instalaciones del Tribunal Penal Internacional (TPI).