MOGADISCIO, 12 Ene. (EUROPA PRESS) -
Los mismos grupos armados que iniciaron la guerra se encargarán desde ahora de garantizar las necesidades básicas de seguridad de la Somalia surgida de la "reconquista" de Mogadiscio. Los principales 'señores de la guerra' de la capital llegaron hoy a un acuerdo con el presidente interino de Somalia, Abdullahi Yusuf, y con el primer ministro, Mohamed Ali Gedi, para el desarme de sus milicias y su integración en las fuerzas de seguridad nacional.
Poco antes de la reunión se produjo un violento enfrentamiento entre la escolta de uno de los señores de la guerra presentes en la reunión con Yusuf y la guardia presidencial, que causó seis muertos y nueve heridos. Se trata del incidente más grave desde que las milicias del Gobierno de Transición, apoyadas por el Ejército etíope, conquistaron Mogadiscio a costa de la Unión de Tribunales Islámicos.
"Se han creado dos comisiones, una gubernamental y otra de los 'señores de la guerra', que mañana se reunirán por primera vez con el objetivo de definir los tiempos y los modos de la entrega de las armas y de la integración en las fuerzas gubernametnales", declaró hoy el portavoz del Gobierno provisional, Abdirahman Dinari, a la agencia misionera de noticias MISNA en llamada telefónica desde Mogadiscio.
El acuerdo fue suscrito en la sede presidencial de Villa Somalia "por los principales señores de la guerra' en representación de toda la capital y de diversas zonas del país, en presencia también de algunos diputados", prosiguió.
Entre los presentes se encontraban, precisó, los 'señores de la guerra' que han protagonizado años de violencia en Mogadiscio y en otras partes de Somalia, pertenecientes a diversos clanes y desde hace tiempo adversarios en el terreno. Mohamed Qanyare Afrah, Muse Sudi Yalahow y Omar Mahamud Mohamed han dicho "basta", afirmó. "Es un primer paso adelante significativo: si de verdad se produce la entrega de las armas, será un avance importante", añadió Dinari a MISNA.
Se estima que en el país hay alrededor de 20.000 milicianos irregulares en Somalia. Los clanes rivales y los 'señores de la guerra' ya han desbaratado hasta 13 intentos de constituir un Gobierno en este país desde que cayó en el caos en 1991.
Con el Ejecutivo provisional recién instaurado en Mogadiscio han regresado a la capital muchos de los 'señores de la guerra' que durante años se han repartido el territorio y han sembrado el terror entre la población civil. El propio presidente Yusuf, el 'hombre fuerte' de la región autónoma de Puntland y con fama de autoritario, ha recibido la misión de poner orden en la capital.
Tras la reunión, Mohamed Qanyare Afrah declaró a Associated Press que los grupos armados están "hartos" de la violencia y están dispuestos a cooperar con el Gobierno. Por su parte, Muse Sudi Yalahow --que controla el norte de Mogadiscio-- advirtió de que "si el Gobierno está dispuesto a reconciliar a su pueblo y a ejercer un liderazgo adecuado, no habrá necesidad de sublevarse contra él", pero "si fracasa y pierde la confianza del pueblo, podrían surgir nuevos 'señores de la guerra'".
SEIS MUERTOS
Lo cierto es que los prolegómenos de la reunión de hoy parecían dar poco margen al optimismo. Poco antes del encuentro, los escoltas del poderoso Mohamed Qanyare Afrah se enfrentaron en el aparcamiento de Villa Somalia con la guardia presidencial, perteneciente a un clan rival de Qanyare y que, al parecer, no había permitido la entrada en el recinto a los vehículos armados de la escolta del 'señor de la guerra'.
Aparte de los seis fallecidos se han registrado al menos nueve heridos graves que han sido hospitalizados, según informaron fuentes médicas locales a MISNA. "Fue un incidente originado por un malentendido", aseguró el portavoz, que redujo el balance a dos muertos y cuatro heridos.
Mohamed Qanyare Afrah es ministro del Gobierno de Transición y promotor de la Alianza contra el Terrorismo, una coalición de 'señores de la guerra' y hombres de negocios apoyada por Estados Unidos que en junio del año pasado fue apartada del poder por la Unión de Tribunales Islámicos, recientemente expulsada de Mogadiscio por las fuerzas conjuntas del Gobierno provisional y del Ejército etíope.
UN PAÍS DIVIDIDO EN FACCIONES
Somalia, un país históricamente relacionado con el mundo islámico a través de las corrientes comerciales del océano Índico, se caracteriza desde hace siglos por una estructura social clánica y por la falta de un poder centralizado. Tras la colonización europea, Somalia quedó repartido entre italianos, británicos y franceses, que se basaron en el sistema de clanes y subclanes para asentar su poder.
Con la llegada de la independencia en 1960, y tras una primera década de paz democrática, el Estado somalí cayó en manos de un gobierno dictatorial. Hasta 1991, el general Syad Barre ejerció el poder con mano de hierro, pasando de un régimen socialista apoyado por la Unión Soviética en los años setenta a su integración en la órbita occidental a través del Fondo Monetario Internacional (FMI) en los ochenta.
Fueron precisamente los créditos internacionales los que enriquecieron con fondos del Estado a los clanes más próximos al poder, lo que contribuyó a dividir al país entre grupos privilegiados y grupos marginados de las riquezas estatales.
El estallido se produjo en 1991, con el derrocamiento de Barre. Así, mientras en el norte las alianzas entre clanes condujeron a la independencia 'de facto' de Somaliland y en el noroeste a la autonomía --que no independencia-- de la región de Puntland en 1998, en el centro y el sur del país las rivalidades condujeron al caos y a una guerra generalizada que se agravó con la intervención de Estados Unidos entre 1992 y 1993 y que no pudo ser mitigada por la misión enviada por la ONU entre 1993 y 1995.
La situación de guerra permanente en esta zona se ha prolongado hasta la actualidad y se ha convertido en una forma de vida para las facciones. En junio de 2006, la Unión de Tribunales Islámicos se hizo con el poder, donde impuso un cierto orden en Mogadiscio y un clima de mayor seguridad en buena parte del país.