Crónica Somalia.- Somalia vuelve a estar al borde del caos, diez meses después del inicio del conflicto en Mogadiscio

Actualizado: sábado, 27 octubre 2007 14:50

Más de un millón de desplazados, hambruna, represión contra los medios y violencia diaria, factores determinantes de la crisis

MADRID, 27 Oct. (EUROPA PRESS) -

Somalia se encuentra al borde del colapso, casi un año después del inicio de la lucha contra los insurgentes de la derrocada Unión de Tribunales Islámicos. Sólo este año, los enfrentamientos entre milicias y tropas conjuntas etíope-somalíes han provocado que más de un millón y medio de personas se hayan visto obligadas a abandonar sus hogares, un factor más de la crisis humanitaria en la que está inmerso el país africano, cuyos habitantes ven restringido su acceso a las libertades básicas y en donde los medios de comunicación se encuentran en el punto de mira.

"Somalia tiene todas las posibilidades de explotar de nuevo mientras el mundo mira", afirma el diario somalí 'Business Daily' en su editorial semanal. "Los asesinatos, los secuestros y las prácticas de intimidación a los que se ven sometidos los 1.600 pacificadores ugandeses deberían ser cortadas de raíz", declara el diario, que critica la ineficiencia de la comunidad internacional a la hora de poner en conjunto una fuerza internacional que supervise, coordine y refuerce la escasa presencia del dispositivo de la Unión Africana que se encuentra en Somalia.

El conflicto en la capital ha tenido además un efecto contraproducente en la perenne crisis alimentaria en el país. La batalla de Mogadiscio ha cortado el acceso de comida, agua y otros bienes de primera necesidad a la región de Shabelle, donde se ha desplazado la mayor parte de los exiliados de la capital. El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha denunciado que esta región atraviesa en estos momentos la peor situación de emergencia por hambruna que se recuerda en los últimos años, y que 8.700 niños, de entre los casi 100.000 que sufren de inanición en el país africano, se encuentran en peligro extremo de muerte.

Y, en la última semana, los medios de comunicación de la capital han sufrido ataques como no se recordaban desde el principio del conflicto. La emisora Radio Shabelle ha sido una de las más afectadas por la presión ejercida por las fuerzas del Gobierno de transición, que consideran que las informaciones publicadas por los medios independientes terminan incitando a la violencia. En los últimos meses, los periodistas somalíes se han enfrentado, diariamente, a amenazas telefónicas y asesinatos selectivos, una situación constantemente denunciada por las organizaciones internacionales de reporteros.

SITUACIÓN ACTUAL

El conflicto actual en Somalia comienza de forma oficiosa el 21 de diciembre de 2006, cuando el jefe del consejo de la Shura de la Unión de Tribunales Islámicos que controla la capital, jeque Hasán Dahir Aweys, declaró el país "en estado de guerra", pidiendo ayuda a todos los somalíes en la lucha contra Etiopía, uno de los países que más ha apoyado la creación de un Gobierno federal de transición en el país africano.

El 29 de diciembre, tropas conjuntas etíopes y somalíes entraron en Mogadiscio sin oposición alguna, expulsando a la UTI del poder. Sin embargo, para entonces, los islamistas se habían reconvertido a una forma de resistencia más eficaz: la insurgencia guerrillera, que desde hace más de 10 meses entabla combates diarios con el Ejército en la capital. Más aún, los milicianos han perfeccionado sus tácticas en 2007, empleando por primera vez a terroristas suicidas y coches bomba, similares a los utilizados en Irak.

En este momento, se encuentran en el país 1.500 efectivos ugandeses de la Unión Africana, un número a todas luces insuficiente, pero los refuerzos no terminan de llegar. Se han anunciado la llegada de nuevos soldados de pacificación, que elevarían el contigente actual de paz hasta los 8.000 hombres. Sin embargo, las tropas prometidas por Nigeria, Ghana y Ruanda todavía no han hecho acto de presencia.

En lo que a política se refiere, el bloqueo es total y absoluto. La conferencia de reconciliación del pasado mes de julio se reveló como ineficaz, ante la oposición de los líderes de la UTI y de los clanes afiliados a la insurgencia, como los Hawiye. Según reconoció el subsecretario de Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios, John Holmes, la política en Somalia "es cada vez más complicada y difícil", según declaraciones recogidas por el 'Business Daily'.

Los líderes de la UTI se encuentran refugiados en Eritrea, a la espera de que las fuerzas etíopes sean sustituidas por fuerzas de pacificación extranjeras que "disminuyan el odio y la resistencia" y que termine posibilitando el acercamiento entre las fuerzas políticas, según el medio.

Por su parte, los diputados somalíes, que se encuentran en Baidoa, suspendieron sus sesiones sin terminar de decidir en la disputa entre el presidente del Gobierno de transición, Abdullahi Yusuf y el primer ministro, Ali Mohammed Ghedi. El presidente Yusuf está buscando apoyo parlamentario para expulsar a Ghedi declarando que su mandato en el cargo ha expirado. Recientemente, la mayoría de los legisladores ha pedido una moción de confianza para el actual Ejecutivo.

PROBLEMA HUMANITARIO

Actualmente, la tasa de malnutrición en el país se encuentra en el 17 por ciento, dos puntos por encima de la línea roja que señala la situación de catástrofe humanitaria. Otro sondeo realizado sobre la crisis alimentaria en el país, realizado por la Unidad de Análisis y Seguridad del Fondo de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura estima que un 20 por ciento de los menores de cinco años sufren malnutrición en al menos diez regiones.

Entre el conflicto y la hambruna, la población experimenta una de las mayores crisis humanitarias de las últimas décadas, tanto en la orillas de los ríos como en los extensos pastos de la sabana. Los desplazamientos han provocado que la población del Medio y el Bajo Shabelle haya aumentado un 25 por ciento. La temporada de lluvias, que se prolonga desde octubre hasta diciembre, acaba de comenzar. Pero a pesar de lo que se avecina, la violencia en el país ha impedido la llegada de organizaciones humanitarias a la zona en cantidades suficientes para atajar el problema.

Por si fuera poco, las relaciones entre el Gobierno y el Programa Mundial de Alimentos de la ONU (PAM) están lejos de atravesar su mejor momento. Su jefe de operaciones, Idris Osman, fue liberado el pasado martes tras seis días de encarcelamiento, por cargos aún sin especificar, en un arresto calificado de "ilegal" por el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon. Desde los últimos meses, el suministro de alimentos del PAM se ha visto interrumpido contínuamente por los combates y por "el clima de sospecha" en sus relaciones con el Gobierno de transición de Yusuf, según la organización.

CONTRA LOS MEDIOS

Hoy se cumple una semana de la muerte del director en funciones de la emisora somalí Radio Shabelle, Bashiir Noor Gedi, abatido a tiros por un grupo de hombres no identificados enfrente de su domicilio en Mogadiscio, según informaron fuentes de la cadena de radio.

Gedi se convertía así en el octavo periodista asesinado este año en Somalia, y el tercer propietario de un medio de comunicación en resultar acribillado por pistoleros no identificados, en la capital.

"La situación de seguridad en Mogadiscio está, simplemente, fuera de control", denunció Reporteros sin Fronteras. "Abandonados por las autoridades somalíes y por sus compañeros internacionales, los periodistas en Mogadiscio se han convertido en blancos fácilmente accesibles".

"Uno tras otro, lo principales propietarios de los medios de comunicación son eliminados, en un clima de total impunidad. Porque aquellos que podrían hacer algo para impedir estas muertes, acaban convirtiéndose en cómplices por inacción", denunció la organización, en una velada referencia al Gobierno de transición somalí.