Crónica Turquía.- Turquía celebra elecciones generales el domingo bajo la sombra de una incursión en el Kurdistán iraquí

Actualizado: lunes, 16 julio 2007 15:13

Unos 200.000 soldados turcos están desplegados en la frontera con Irak a la espera de recibir la orden de ataque

ESTAMBUL (TURQUIA), 16 Jul. (del corresponsal de EUROPA PRESS, Ildefonso González) -

El eventual lanzamiento de una incursión del Ejército turco en el norte de Irak para luchar contra los milicianos del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) ha eclipsado completamente la campaña para las elecciones legislativas anticipadas del próximo domingo.

Aunque el debate ya estaba presente en la política y la sociedad turcas, una serie de acontecimientos sucedidos desde principios de año han contribuido a fomentar la conveniencia de una operación transfronteriza en el norte de Irak. El pasado 12 de abril, el jefe del Estado Mayor, el general Yasar Buyukanit, solicitó el permiso del Gobierno y el Parlamento para ejecutar el ataque.

"¿Debería haber una operación transfronteriza contra el norte de Irak? Como soldado diría que sí, debería haber una. ¿Ayudaría en la situación actual? Sí, creo que sí. Pero para ello hace falta una decisión política", declaró el general en una esperada y multitudinaria rueda de prensa en Ankara.

El todopoderoso Ejército turco reaccionaba así a unas polémicas declaraciones vertidas unos días antes por el presidente del Gobierno autónomo del Kurdistán iraquí, Masud Barzani, quien amenazó con "crear el caos en Diyarbakir y otras ciudades del sureste de Turquía" si Ankara seguía entrometiéndose en los asuntos internos iraquíes.

Las presiones del estamento castrense se redoblaron a raíz de un atentado que el pasado 22 de mayo se cobró la vida de diez personas, entre ellas el 'kamikaze', a las puertas de un concurrido centro comercial de la capital. Las autoridades turcas atribuyeron la autoría de la acción a un terrorista suicida del PKK y se especuló con la posibilidad de que el blanco fuera el mismísimo Buyukanit.

Mientras, como cada año cuando llega la primavera --y con ella el buen tiempo-- a Turquía, las Fuerzas Armadas han desplegado una amplia ofensiva contra la guerrilla kurda en el este del país, que vive en un semipermanente estado de excepción desde que el PKK se alzase en armas allá por 1984. El balance de víctimas mortales durante el primer semestre de 2007 es brutal: 116 bajas entre las filas del PKK y unas 70 entre las fuerzas de seguridad turcas, entre soldados, gendarmes, policías y guardias rurales.

"GUERRA CIVIL"

Por ello, no son precisamente pocos los analistas y expertos que han calificado de auténtica "guerra civil" la situación por la que atraviesa Turquía desde hace más de dos décadas. Aunque el enfrentamiento entre las dos partes ha pasado por diferentes momentos de distensión --sobre todo después de la captura del cabecilla kurdo Abdulá Ocalan en 1999-- y pese a la declaración de sucesivas treguas unilaterales del PKK ---la última hace un mes--, las autoridades turcas se han negado siempre a "negociar con terroristas".

Cuando algún líder ha reclamado la apertura de un diálogo con el PKK o quienes le apoyan para conseguir el abandono de las armas y su participación en la vida política, los sectores más nacionalistas y conservadores le han censurado, como le ocurrió a finales del año pasado al jefe del desaparecido Partido de la Recta Vía (DYP), Mehmet Agar.

Incluso el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, ha sido acusado de laxitud en su política antiterrorista y de buscar un acercamiento después de las elecciones con lo que consideran el brazo político del PKK, el Partido de la Sociedad Democrática (DTP). Los más críticos con el jefe de Gobierno han sido esencialmente los más firmes defensores de una operación militar en el norte de Irak: el Partido Republicano del Pueblo (CHP, socialdemócrata) y el Partido de Acción Nacionalista (MHP, ultranacionalista).

Por ello, el AKP ha terminado claudicando a las presiones y, en las últimas semanas, se ha mostrado dispuesto a convocar al Parlamento, disuelto de cara a los comicios generales, y aprobar una moción que diera luz verde a los militares. Sin embargo, está totalmente descartado que esto ocurra antes del domingo, según la prensa local.

200.000 SOLDADOS EN LA FRONTERA

De momento, hay unos 200.000 soldados turcos desplegados en la frontera común, según aseguraron la semana pasada las autoridades iraquíes, y ya se han registrado las primeras escaramuzas en el norte del país vecino. Según Ankara, los niveles de inseguridad en la región semiautónoma del Kurdistán iraquí (compuesta por las provincias de Erbil, Suleimaniya y Dahuk) no han hecho más que aumentar desde la invasión estadounidense del país árabe en 2003.

Además, argumenta que unos 3.800 milicianos del PKK campan a sus anchas en el macizo montañoso de Kandil, frontera natural entre Irak y Turquía, de los que unos 2.300 se infiltran periódicamente en el este de la península de Anatolia para cometer atentados.

El Estado turco sostiene que se trata de un problema que afecta directamente a su seguridad nacional y que las autoridades de Washington y Bagdad no sólo no actúan contra el PKK en aras de su erradicación, sino que les proporcionan apoyo logístico. En consecuencia, ha advertido de que lanzará un ataque unilateral si continúa sin contar con la estrecha colaboración de Estados Unidos e Irak en la lucha contra el terrorismo. De todas formas, no sería la primera vez que las tropas turcas entran en el norte de Irak, sino su operación transfronteriza número 25 desde principios de la década de 1990, según ha recordado Turquía para quitarle hierro al asunto.

Ahora bien, las preocupaciones del Estado turco van más allá de las puramente estratégico-militares. A finales de este año, los habitantes de la ciudad de Kirkuk, en el norte de Irak, votarán en referéndum si desean formar parte de la región semiautónoma kurda. Los turcófilos temen que, con un mayor poder militar (las fuerzas peshmergas aliadas con los terroristas del PKK) y económico (el petróleo de Kirkuk), el Gobierno semiautónomo del norte de Irak opte por declarar un Estado kurdo independiente que alimente el independentismo de los doce millones de kurdos que habitan Turquía.

En consecuencia, reclaman una incursión que paralice todo el proceso en cadena, aún a riesgo de que los miembros del PKK se replieguen hacia el interior del país, con lo que los efectos de la ofensiva serían limitados. Además, las relaciones privilegiadas de Turquía con Irak, Estados Unidos y la Unión Europea (UE) se podrían ver seriamente erosionadas, puesto que las tres partes se han opuesto con decisión a un ataque que desestabilizaría toda la zona.