Crónica UE (3).- CE pide financiación comunitaria para los 30 satélites de Galileo tras la salida del sector privado

Actualizado: miércoles, 16 mayo 2007 20:28

La construcción de los satélites costará 2.400 millones de euros a los contribuyentes europeos

BRUSELAS, 16 May. (EUROPA PRESS) -

El vicepresidente de la Comisión Europea y responsable de Transportes, Jacques Barrot, pidió hoy que sea el presupuesto comunitario, y no aportaciones adicionales de los Estados miembros, el que financie la construcción de los 30 satélites del programa de radionavegación por satélite Galileo. El Ejecutivo comunitario presentó su propuesta para que el sector público asuma las riendas del proyecto ante los retrasos provocados por el enfrentamiento entre las empresas concesionarias, entre las que se encuentran las españolas Hispasat y Aena.

Barrot explicó que el coste de construcción de los satélites se elevará a 2.400 millones de euros, a los que hay que sumar los 1.000 millones de dinero público que ya se han gastado en la fase de desarrollo de Galileo. En un intento de minimizar estas cantidades, destacó que se trata de 400 millones al año durante 6 años dentro de un presupuesto comunitario que asciende a 126.000 millones anuales, y dijo que el coste es el mismo que 400 kilómetros de autopistas.

En el documento de alternativas que la Comisión presentará a los ministros de Transporte de la UE en su reunión de los días 7 y 8 de junio, se dice que los costes adicionales por la salida del sector privado pueden ser asumidos bien por el presupuesto comunitario bien por los Estados miembros. "No oculto mi preferencia por una financiación comunitaria frente a una financiación intergubernamental", añadió sin embargo Barrot.

Lo que sí que está claro es que se anulará la licitación de 2005 que concedió el contrato de construcción al consorcio, en el que participan --además de las españolas-- EADS, Alcatel-Lucent, Thales, Finmeccanica, Immarsat y Teleop. Barrot lamentó que el consorcio "no quería asumir ningún riesgo", lo que impide seguir con este escenario de "partenariado público-privado" porque ello provocaría muchos más retrasos e impediría que Galileo esté en marcha en 2012. Este calendario sí que podrá lograrse con la plena participación del sector público, añadió.

El vicepresidente de la Comisión admitió que el fracaso del partenariado público-privado se debe no sólo a los desacuerdos entre las empresas sino también a "interferencias de los Estados". Durante la última fase de las negociaciones Italia y Alemania acusaron a España del bloqueo mientras que la delegación española se mantuvo firme en la defensa de dos centros de control para Arganda de Rey y Torrejón que se pactaron en diciembre de 2005 y exigió que se les dotara de contenido.

Barrot no quiso nombrar a ningún país en concreto pero criticó que algunos Estados miembros tenían "pretensiones secundarias" respecto al "problema mayor" que era poner en marcha Galileo. "A fuerza de mirar día a día el volumen de negocios de las industrias nacionales se pierde de vista lo esencial, el éxito de un proyecto colectivo", lamentó.

No aclaró si el reparto de centros de control se mantendrá tal y como se pactó en 2005 y dijo que las riendas del proyecto las asumirá la Agencia Espacial Europea (ESA) y que se lanzará una nueva licitación una vez que los satélites estén desplegados para su explotación. Los costes de mantenimiento se calculan en unos 200 millones de euros anuales, con lo que el coste total de Galileo se situará en torno a los 10.000 millones tras 20 años.

Pese a todos los problemas, y la existencia del programa estadounidense GPS y de la competencia rusa y china, la Comisión en ningún momento se ha planteado abandonar Galileo. Barrot recalcó que el sistema ofrecerá "servicios de una calidad excepcional en relación a lo que existe ahora en materia de radionavegación por satélites" y podrá usarse en aplicaciones como control de fronteras, logística, vigilancia de infraestructura, misiones humanitarias, agricultura, pesca y medio ambiente.

Apuntó que en 2020 el mercado de radionavegación por satélite se cuadriplicará y dijo que la industria europea debe ocupar una posición puntera. A su juicio, y pese a su falta de entendimiento, la industria "desea Galileo". "Si no pensáramos que este proyecto es rentable en el plano comercial, con todas las posibilidades que ofrece a la industria europea, yo renunciaría enseguida", recalcó el vicepresidente.

Finalmente, Barrot insistió en que Galileo "es y seguirá siendo un sistema civil bajo control civil" a diferencia del GPS aunque afirmó que "hay que dejar abierta la cuestión de un uso militar".