Crónica UE.- Los líderes europeos aprobarán un ambicioso catálogo de objetivos para luchar contra el cambio climático

Actualizado: domingo, 4 marzo 2007 12:19

Los jefes de Estado y de Gobierno debatirán por primera vez la declaración de Berlín sobre el futuro de la UE

BRUSELAS, 4 Mar. (EUROPA PRESS) -

Los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete aprobarán durante la tradicional cumbre de primavera que tendrá lugar en Bruselas los días 8 y 9 de marzo un ambicioso catálogo de objetivos para luchar contra el cambioclimático y garantizar al mismo tiempo la seguridad de suministro energético. Los líderes europeos debatirán además por primera vez la declaración de Berlín sobre el futuro de la UE, que se adoptará en una reunión extraordinaria el 25 de marzo con motivo del 50 aniversario del Tratado de Roma.

Por la mañana del jueves 8 de marzo se celebrará la cumbre social tripartita sobre crecimiento y empleo, a la que asistirán la canciller alemana y presidenta de turno del Consejo, Angela Merkel, el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, y los representantes de la patronal y los sindicatos europeos. El Consejo Europeo propiamente dicho empezará a las cinco y media de la tarde con la reunión de los jefes de Estado y de Gobierno con el presidente del Parlamento Europeo, Hans-Gert Poettering. Se trata de la primera participación del democristiano alemán en una cumbre, ya que fue elegido en su cargo el pasado mes de enero en sustitución de Josep Borrell.

La primera sesión de trabajo, entre las seis y las ocho de la tarde, estará dedicada a las cuestiones de energía y cambio climático. Los líderes europeos ratificarán el objetivo de que la UE reduzca unilateralmente un 20% sus emisiones de efecto invernadero en 2020 respecto a los niveles de 1990, un porcentaje que se aumentaría al 30% si el resto de países industrializados, empezando por Estados Unidos, se suman a un acuerdo internacional contra el cambio climático que sustituya al protocolo de Kioto, que vence en 2012.

Este objetivo ya fue respaldado por unanimidad por los ministros de Medio Ambiente de los Veintisiete el pasado 20 de febrero, tras vencer las reticencias de Polonia, Hungría y Finlandia, por lo que no se reabrirá en la cumbre. En aras del acuerdo, en las conclusiones finales del Consejo Europeo no aparecen todavía los criterios de cómo se repartirá el recorte global del 20% entre los diferentes Estados miembros --para el Gobierno, el más importante es el de emisiones per cápita, que son relativamente bajas en España--. Se pedirá simplemente a la Comisión un "análisis técnico" de los mismos, teniendo en cuenta "parámetros socio-económicos y otros parámetros pertinentes comparables".

A la cumbre llega en cambio abierta la cuestión de si se fija un objetivo obligatorio del 20% de energías renovables sobre el total del consumo energético para el año 2020 o si se deja como voluntario. Tanto el Consejo de Competitividad como el de Medio Ambiente rechazaron que sea un objetivo obligatorio, pese a que España lo apoyaba. Sin embargo, la canciller Merkel y el presidente Durao Barroso mantienen la presión sobre los Estados miembros más reticentes, y de momento parecen haber convencido al primer ministro británico, Tony Blair, por lo que Francia es el principal Estado miembro que se opone a un objetivo obligatorio para renovables.

En cambio, sí que hay unanimidad a la hora de fijar un mínimo del 10% en la cuota de biocarburantes, y de respaldar el plan de eficiencia energética presentado por la Comisión cuyo objetivo es ahorrar un 20% de energía de aquí a 2020. Los líderes europeos pedirán al Ejecutivo comunitario que presente antes de final de año un plan de tecnologías energéticas, prestando especial atención al carbón limpio, y no adoptará una postura común sobre la energía nuclear, dejando a cada Estado miembro la potestad de decidir, aunque sí sugerirán la creación de un grupo de alto nivel sobre seguridad nuclear y gestión de residuos.

En cuanto a seguridad de suministro, el proyecto de conclusiones recoge de nuevo la petición española de aumentar hasta un 10% la capacidad de interconexión eléctrica y de gas, aunque la fecha se traslada a 2010, y el nombramiento de coordinadores para los proyectos de interés europeo, entre ellos la conexión de alta tensión entre España y Francia. Un último tema polémico en materia de energía que deberán resolver los jefes de Estado y de Gobierno es si se impone o no la desmembración obligatoria de propiedad de los grandes grupos energéticos entre las actividades de producción y las de distribución para facilitar así el acceso a las nuevas empresas y garantizar las inversiones. Alemania y Francia mantienen su oposición radical, mientras que España está de acuerdo porque ya adopta este esquema.

DECLARACIÓN DE BERLÍN

Tras la foto de familia, los líderes europeos iniciarán a las ocho y media de la tarde del jueves una cena de trabajo que estará consagrada a la primera discusión sobre la declaración de Berlín. Se espera que la canciller alemana realice una presentación oral pero no pondrá sobre la mesa ningún texto para que no se filtre. De momento se conoce que la declaración constará de 3 partes: la primera dedicada a los logros de los 50 años de historia de la integración europea; la segunda, que hablará de los valores y políticas compartidas; y la tercera y más polémica que se centrará en los desafíos futuros.

Hasta ahora, las discusiones sobre la declaración de Berlín se han llevado bilateralmente entre la presidencia alemana y los 'sherpas' designados por cada país (en el caso español, el secretario de Estado de Asuntos Europeos, Alberto Navarro, y el asesor del presidente, Carles Casajuana). Se sabe que los temas más polémicos son si se incluye o no una referencia al Tratado Constitucional, algo que le gustaría a España pero que rechazan los países que no lo han ratificado; si se menciona al euro, lo que cuenta con la oposición de Reino Unido; si se recogen los valores cristianos de la UE, como quiere Polonia; las fronteras comunitarias, como defiende Francia; o el 'lado oscuro' de la historia de la integración europea, como el comunismo o la guerra de los Balcanes, algo que querría ver también el Gobierno polaco.

CRECIMIENTO Y EMPLEO

Los líderes europeos dedicarán también la mañana del viernes 9 de marzo a la cuestión de las reformas económicas. Se congratularán de las últimas previsiones económicas --que apuntan a un crecimiento de la UE del 2,7% en 2007 y a la creación de siete millones de puestos de trabajo durante el periodo 2007/2008, lo que permitirá aumentar la tasa de empleo del 64% en 2005 al 66% en 2008-- y pedirán que continúen las reformas durante el periodo de crecimiento, aprobando recomendaciones específicas para cada país.

El proyecto de conclusiones reclama estimular el potencial de las pymes, incluyendo las del sector cultural y creativo, por su papel a la hora de favorecer el crecimiento, la creación de puestos de trabajo, y la innovación. También pide acelerar la integración de los mercados europeos mediante la creación de un área única de pagos, completar la liberalización de los servicios postales, y aprobar el reglamento que reducirá los precios del uso del móvil en extranjero durante la primera mitad de 2007.

Los jefes de Estado y de Gobierno reclamarán un nuevo impulso para la ronda de liberalización comercial de Doha, pedirán reforzar las relaciones económicas transatlánticas, ratificarán el objetivo de invertir un 3% en I+D en 2010, y abogarán por la puesta en marcha del Instituto Europeo de Tecnología antes de finales de año. Finalmente, respaldarán la iniciativa alemana de una 'Alianza por las Familias' para intercambiar las mejores experiencias sobre las políticas familiares, y aprobarán reducir en un 25% las cargas administrativas impuestas a las empresas por la legislación europea de aquí a 2012.