BRUSELAS, 1 Feb. (EUROPA PRESS) -
El Parlamento Europeo, preocupado por el aumento de la obesidad infantil que afecta ya a más de cinco millones de niños en el conjunto de la Unión Europea, reclamó hoy limitar la publicidad de alimentos con altos niveles de grasa, azúcar y sal dirigida a los más pequeños. El pleno de la Eurocámara quiere también que se presenten "modelos adecuados" de alimentación para evitar el aumento de trastornos como la anorexia nerviosa o la bulimia.
El informe aprobado hoy por el pleno se hace eco de los altos índices de sobrepeso de los jóvenes europeos detectados por la comisión de Salud Pública y Seguridad Alimentaria, por lo que propone restringir "la frecuencia y la intensidad" de las campañas de promoción en televisión de alimentos destinados exclusivamente a los niños. Subraya, en este contexto, que "tales prácticas comerciales no fomentan hábitos alimentarios sanos y deben, por lo tanto, someterse a un control comunitario mediante la revisión de la Directiva 'Televisión sin Fronteras'".
Los eurodiputados quieren, asimismo, limitar la promoción de los alimentos con altos índices de grasa, azúcar y sal en el envío de mensajes a los teléfonos móviles, los juegos 'on line' y el patrocinio de las zonas de juego, puesto que, a su juicio, constituyen "nuevas formas de publicidad destinada a los niños". Se ve además "indispensable" que las producciones destinadas a los niños que figuran en diferentes soportes mediáticos --televisión, cine, internet y videojuegos-- incluyan indicaciones sanitarias e inviten a los jóvenes a practicar deporte y consumir frutas y hortalizas.
La necesidad de atender la vertiente educativa se recoge también en el texto, al entender que la educación en materia de nutrición y salud es crucial para prevenir el sobrepeso y la obesidad. Por este motivo, solicita a los Estados miembros aportar "fondos suficientes para los servicios de restauración de las escuelas con el objetivo de que éstas puedan ofrecer alimentos recién hechos, preferentemente procedentes de agricultura ecológica o regional".
Pretende igualmente que los países de la Unión Europea garanticen que los niños disponen de suficientes instalaciones deportivas en los centros educativos y que estén ubicadas en lugares próximos a los núcleos de población, permitiendo así que los niños puedan llegar a la escuela andando o en bicicleta.
En lo que se refiere a las máquinas o distribuidores automáticos de golosinas que hay en colegios e institutos, el Parlamento aboga por que los productos se ajusten a las normas de una alimentación sana. El pleno eliminó del texto una enmienda que proponía la prohibición total de la venta de productos con altos contenidos de grasa, azúcar y sal en las escuelas.
Por otro lado, se expresa una "gran preocupación" por la disminución del consumo de frutas y hortalizas en Europa y se alerta de que el contenido nutritivo de las frutas y hortalizas producidas en Europa se ha reducido durante las pasadas décadas, por lo que pide a la Comisión y al Consejo que tengan en cuenta el valor nutritivo de los alimentos a la hora de abordar la reforma de la Política Agraria Común (PAC), que se hará en 2008. El Parlamento considera conveniente una mayor coherencia entre la PAC y las políticas sanitarias iniciadas por la Unión Europea.
ETIQUETADO
Los eurodiputados consideran que debe revisarse lo antes posible la Directiva de 1990 sobre el etiquetado de propiedades nutritivas de los productos alimenticios de manera que incluya, como mínimo, la obligación de indicar la presencia y proporción de nutrientes, así como la naturaleza de las grasas.
No obstante, el pleno rechazó una enmienda que pedía a la Comisión Europea presentar nuevas propuestas para introducir el etiquetado obligatorio en el reverso de los envases de los principales nutrientes (grasas, grasas saturadas, sal, azúcar, etc) y, por separado, las grasas artificiales, parcialmente hidrogenadas llamadas 'trans' y responsables del descenso del colesterol 'bueno' .
En su informe, el Parlamento apoya las iniciativas de algunas empresas de alimentación, minoristas y organismos públicos para simplificar los mensajes sobre los datos nutricionales, puesto que estas indicaciones y logotipos sobre decisiones sanas pueden facilitar información de una forma más clara a los consumidores.
Sin embargo, no apoyó una enmienda en la que se hablaba de imponer un etiquetado obligatorio para la utilización de productos industriales preparados en los servicios de restauración y restaurantes.
En cuanto a la financiación, se estima esencial incluir los proyectos sobre obesidad de manera permanente en los presupuestos y hace hincapié en la necesidad de recurrir a los Fondos Estructurales para invertir en infraestructuras que faciliten la actividad física, como los carriles para bicicletas, y favorezcan los juegos al aire libre en un entorno seguro.
La Eurocámara reconoce la importancia de las empresas a la hora de fomentar unos hábitos alimenticios saludables y por eso pide a los Estados miembros y a los empresarios que animen a sus empleados a participar en actividades deportivas y físicas, "especialmente los empleados que efectúen labores monótonas que pueden provocar dolencias crónicas".
Los eurodiputados creen, en definitiva, que se deben fomentar estilos de vida sanos entre los empleados y subrayan que la salud de la mano de obra y su productividad "deberían inscribirse en la estrategia de responsabilidad social de las empresas". Además, la Eurocámara confía en que la recién creada Alianza Europea para la Responsabilidad Social de las Empresas fomente el intercambio de buenas prácticas en este ámbito.