Crónica Uganda.- El LRA vuelve a su feudo del sur de Sudán para hablar de paz con el Gobierno de Museveni

Actualizado: martes, 11 julio 2006 18:02

Mañana comienzan las negociaciones para poner fin a un conflicto que ha causado miles de muertos y numerosos abusos de las dos partes

JUBA, 11 Jul. (EUROPA PRESS) -

Juba, capital de la región de Sur de Sudán, será escenario desde mañana del comienzo de las conversaciones de paz entre el Gobierno de Uganda y los rebeldes del Ejército de Resistencia del Señor (LRA), dos bandos que en sus dos décadas de enfrentamientos en el norte de Uganda han dejado tras de sí un terrible balance de víctimas entre la población civil de todas las edades.

En los últimos 20 años, la población del norte de Uganda ha sufrido las acometidas del LRA y de las tropas del presidente Yoweri Museveni. El conflicto ya ha provocado la muerte de más de 100.000 personas y el desplazamiento de casi dos millones. Según un reciente informe de una coalición ugandesa de organizaciones no gubernamentales nacionales e internacionales (CSOPNU), al menos 131 personas --incluidos 58 niños-- mueren cada día en el norte de Uganda a causa de la violencia y de las enfermedades derivadas de las duras condiciones de vida en los campamentos de desplazados.

De todos estos hechos, ninguno de los dos bandos está libre de culpa. El Ejército de Resistencia del Señor está acusado de mutilaciones y torturas a civiles y del secuestro de niños para su reclutamiento como soldados, trabajadores domésticos o esclavos sexuales. Asimismo, las fuerzas gubernamentales han sido también acusadas por las organizaciones no gubernamentales internacionales de graves violaciones de Derechos Humanos, como violaciones, golpes, detenciones arbitrarias y asesinatos de civiles en campamentos de desplazados.

Uno de los objetivos del LRA en estas negociaciones es que se determinen las causas del conflicto y se busquen soluciones estructurales que pongan fin a la 'historia de injusticia' en el norte de Uganda. "Estamos aquí para acabar con el conflicto de una vez por todas. Debemos hablar sobre el tema y sobre las causas de este conflicto a lo largo de los últimos 20 años, de los agravios a la gente del norte y de cómo el actual Gobierno margina a la gente del norte", declaró un portavoz de la delegación del LRA, Obonyo Olweny, a la agencia de noticias de la ONU, IRIN.

"El Gobierno ha utilizado y abusado del Ejército para asesinar al pueblo y cometer atrocidades", prosiguió Olweny. "Vamos a hablar sobre por qué el Gobierno ha metido al pueblo en campamentos, en los cuales han muerto miles de personas. Se está produciendo un genocidio en el norte de Uganda que se está pasando de largo", añadió el portavoz.

Los propósitos del Gobierno en estas negociaciones parecen más pragmáticos: el cese de las hostilidades y la reintegación de los combatientes del LRA en la sociedad.

La delegación del Gobierno en Juba estará presidida por el ministro del Interior, Ruhakana Rugunda, y contará con la presencia de varios responsables de la Inteligencia. En estas circunstancias, a juicio del Gobierno, los rebeldes deberían estar representados por el veterano líder y fundador del LRA, Joseph Kony, o, en su defecto, por su 'número dos', Vincent Otti, ya que sólo se conseguirá "un acuerdo de paz real" si la delegación de los rebeldes tiene verdadera capacidad para tomar decisiones, según declaró el viceministro de Asuntos Exteriores y miembro de la delegación, Oryem Okello, citado por IRIN.

AMNISTÍA Y TPI

Por lo que pudiera suceder, el presidente Yoweri Museveni accedió ayer a prorrogar en más de un mes el plazo dado previamente para que se llegue a un acuerdo, desde el 31 de julio inicial hasta el próximo 12 de septiembre. "Estos dos meses añadidos deberían permitir al LRA tener más tiempo para reunirse y decidir su respuesta al Gobierno", declaró el portavoz de la delegación del Gobierno, el capitán Paddy Ankunda, citado por los medios de comunicación ugandeses.

Según el portavoz, en este periodo el Parlamento enmendará la ley de amnistía actualmente en vigor para que Kony y cuatro de sus principales colaboradores puedan beneficiarse de ella. De hecho, Yoweri Museveni anunció la semana pasada una amnistía total para Joseph Kony a condición de que éste renuncie al terrorismo y acepte la paz.

La delegación rebelde en Juba ya se ha apresurado a rechazar la oferta de amnistía, que calificó de "insignificante". "La amnistía sobra, no tiene impacto en las conversaciones de paz", declaró el pasado jueves Olweny. "No resuelve el problema del norte de Uganda, no representa una solución para el conflicto", añadió, citado por IRIN.

La propuesta de Museveni contradice la orden de detención dictada contra los cinco principales dirigentes del LRA por el Tribunal Penal Internacional (TPI) el pasado mes de octubre. Se trata de las primeras órdenes de detención ordenadas por el Tribunal desde su puesta en marcha, en julio de 2002. El mandato de detención, emitido el 8 de julio de 2005, incluye los nombres de Joseph Kony y del vicecomandante Vincent Otti, además de otros tres históricos de la organización, Okot Odhiambo, Dominic Ongwen y Raska Lukwiya.

La orden de detención contra Kony se basa en 33 cargos en su contra, 12 por crímenes contra la Humanidad (homicidio, esclavitud, esclavitud sexual, violencia) y 21 por crímenes de guerra (homicidio, comportamiento cruel contra civiles, violencia voluntaria e intencionada contra civiles, reclutamiento forzado de menores, saqueos). Contra Otti se han presentado cargos similares (hasta un total de 32), Odhiambo (10 cargos), Ongwen (siete) y Lukwiya (cuatro).

Por ello, el propio TPI recordó el pasado fin de semana que los Gobiernos de Uganda, Sudán y República Democrática del Congo "tienen la obligación de ejecutar los mandatos de captura internacional" contra Kony, Otti y los otros tres dirigentes del LRA, según advirtió personalmente el fiscal jefe del TPI, Luis Moreno Ocampo.

El TPI no dispone de personal propio de Policía. Para que se cumplan los mandatos de captura debe apoyarse en los Estados signatarios del Estatuto de Roma de 1998. El TPI entró en vigor en 2002 y no puede indagar sobre hechos cometidos anteriormente a esa fecha.

JOSEPH KONY

La polémica entre Museveni y el TPI alrededor de la amnistía a Kony llegó días después de que el propio fundador del LRA se calificara a sí mismo, en una entrevista, de "luchador por la libertad" y asegurase que las historias sobre las atrocidades cometidas por guerrilleros, entre ellas las amputaciones de orejas y labios a la gente, son propaganda del Gobierno ugandés.

Joseph Kony es el visionario líder y fundador de esta organización que desde hace 20 años combate al Gobierno de Musenveni. Este antiguo monaguillo se ha propuesto gobernar su país bajo la inspiración de los Diez Mandamientos, para lo cual ha acudido a prácticas tan poco bíblicas como secuestrar a menores para obligar a las niñas a ejercer como esclavas sexuales y a los niños a combatir en sus filas.

Se calcula que al menos 20.000 niños han sido víctimas del conflicto y que un altísimo porcentaje de los combatientes del LRA (en torno al 90 por ciento) son antiguos niños soldado, según diversas organizaciones humanitarias.

Asimismo, Kony también se presenta como el adalid de los derechos del grupo étnico acholi del norte de Uganda, supuestamente discriminado por el Gobierno, lo que no ha impedido que muchos acholis hayan sido víctimas de sus soldados.

Las bases tradicionales del LRA se enontraban en el sur de Sudán. El Gobierno de Jartum había apoyado a los rebeldes de Kony en respuesta a la alianza entre Kampala y los rebeldes sudistas sudaneses, pero la situación empezó a cambiar desde el acuerdo de paz de enero de 2005 que puso fin a la guerra civil de Sudán. Desde entonces, Kony y Otti han estado deambulando entre Sudán y la RDC en busca de refugio y, seguramente, a la espera de recomponer sus filas.