Las delegaciones yemeníes no logran acordar la agenda del diálogo de paz

Actualizado: viernes, 22 abril 2016 19:48

KUWAIT, 22 Abr. (Reuters/EP) -

El Gobierno de Abdo Rabbu Mansur Hadi y los huthis no han conseguido llegar a un acuerdo sobre la agenda de paz que guiará las conversaciones que comenzaron el jueves en Kuwait para poner fin a un año de guerra en Yemen, según han informado fuentes del proceso.

Las fuentes han explicado que las partes difieren sobre las prioridades. El Gobierno quiere que los huthis se retiren de las principales ciudades y entreguen las armas antes de hablar sobre una solución política, mientras que los rebeldes chiíes quieren formar un gobierno de unidad y llegar a acuerdos sobre seguridad y presos.

El enviado especial de Naciones Unidas a Yemen, Ould Cheij Ahmed, ha propuesto a las delegaciones de paz una agenda básica de cinco puntos, entre ellos la retirada de los huthis de las grandes ciudades, la entrega del armamento pasado y un gobierno inclusivo.

Estas negociaciones de paz forman parte de un acuerdo entre el Gobierno y los huthis que incluye también un alto el fuego que comenzó el pasado 10 de abril y que, según han denunciado ambos bandos, no se ha respetado del todo.

La guerra en Yemen empezó el 26 de marzo de 2015, cuando Arabia Saudí y sus aliados regionales lanzaron la 'Operación Tormenta Definitiva', con la intención declarada de "repeler a las milicias huthis, Al Qaeda y el Estado Islámico" en Yemen.

Las monarquías del Golfo Pérsico temen que la influencia de Irán en la región se extienda con el ascenso de los huthis al poder, en medio de la inestabilidad generada por el conflicto iraquí y la guerra en Siria.

La crisis política en Yemen, fruto de las disputas intestinas no resueltas con la caída del Gobierno de Salé, en 2011, se agravó en septiembre de 2014 con la irrupción en la capital, Saná, de los rebeldes chiíes.

Los huthis, que históricamente han reivindicado mayor autonomía para el norte de Yemen, llevaron a Hadi y su Gobierno a dimitir en bloque y huir a Riad, evidenciando así la pugna por el control del país más pobre del Golfo.