Actualizado: domingo, 19 noviembre 2017 15:09

BERLÍN, 19 Nov. (Reuters/EP) -

Los partidos que negocian la coalición de Gobierno en Alemania están atorados a la hora de encontrar un consenso sobre la futura política de inmigración, a pesar de haber conseguido avances sustanciales en otros ámbitos como el medio ambiente.

Pero es en el terreno de la inmigración donde las posturas diametralmente opuestas del partido hermano de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel, la bávara Unión Cristianosocial (CSU), y de Los Verdes amenazan con hacer fracasar la única alianza de Gobierno matemáticamente posible.

La exigencia de la CSU de limitar la entrada de solicitantes de asilo choca de pleno con la intención de los ecopacifistas Verdes de garantizar la repatriación familiar de los refugiados. "Hemos cedido en muchos aspectos, hemos llegado a nuestro límite", señaló el mediático líder de Los Verdes, Jürgen Trittin, en declaraciones al dominical "Bild am Sonntag" publicadas hoy.

El colíder del grupo, Cem Ozdemir, ha coincidido en esta valoración. "Un partido no puede entrar en coalición esperando que satisfacer su nivel máximo de demandas. Tienen que se estar preparados bien por responsabilidad o bien por, llamémoslo patriotismo, para avanzar, justo hasta el umbral del dolor", ha explicado.

Fuentes conocedoras de las negociaciones señalan que, de conseguir acercar posturas en migración, la cuestión energética no sería un problema.

Poco antes de reanudar la que se supone es la última jornada de conversaciones para la formación del futuro Gobierno de Alemania, la canciller, Angela Merkel, optó por el silencio. La mandataria accedió este domingo a la sala de negociaciones sin hacer declaraciones a los medios.

El jefe del grupo parlamentario de su partido, Volker Kauder, a modo de portavoz, dijo estar convencido de que hoy se conocerá por fin si conservadores, liberales y verdes están dispuestos a consensuar un documento preliminar sobre el que negociar posteriormente un Gobierno de coalición a tres bandas.

Merkel, que Gobierna ininterrumpidamente Alemania desde 2005, se encuentra en una encrucijada después de que su actual socio de Gobierno, el Partido Socialdemócrata (SPD), se negase rotundamente a sellar de nuevo una gran coalición.

La dirigente se ve forzada a desplegar sus mejores armas diplómaticas para desatascar las negociaciones y formar el Gobierno tripartito, el único al que puede aspirar con el SPD fuera de combate.

La dirigente sabe que el fracaso de esta llamada "Coalición Jamaica", por los colores de los partidos involucrados, implica también su fracaso personal.

De no alcanzarse un acuerdo, Merkel sólo tendría dos opciones: un Gobierno en minoría con la inestabilidad que eso conlleva o convocar de nuevo elecciones generales tras las de septiembre de este año.

Esta es una opción que la dirigente intentará evitar a toda costa, porque podría darle más alas al partido Alternativa para Alemania (AfD). Por primera vez en más de medio siglo se sienta en el Parlamento germano con AfD, como tercera fuerza, una agrupación de ultraderecha.

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