KABUL, 20 Mar. (Reuters/EP) -
El linchamiento de una mujer acusada de quemar el Corán en Kabul ha recibido valoraciones dispares, ya que mientras que el presidente afgano, Ashraf Ghani, ha condenado los hechos y ha prometido perseguir a los culpables, un destacado clérigo y una autoridad policial los han justificado.
La mujer murió por los golpes de una multitud que llegó a golpearla con un ladrillo en la cabeza. El cadáver fue posteriormente quemado y arrojado al principal río de Kabul.
El clérigo de la mezquita de Wazir Akbar Jan ha dicho en el sermón de este viernes que el pueblo tiene derecho a defender, a toda costa, las creencias musulmanas. "Advierto al Gobierno de que no detenga a quienes lo hicieron, ya que significaría una revuelta".
Un portavoz de la jefatura policial de Kabul, Hashmat Stanekzai, también ha parecido justificar que se mate a "infieles". En este sentido, ha criticado en Facebook a quienes se piensan que "insultar" al Islam les "conseguirá" la nacionalidad de Estados Unidos o algún país europeo.
Un hombre ha reconocido en Facebook que él, junto al "pueblo pío de Kabul", mató y quemó a la mujer. "Su lugar está en el infierno", ha proclamado en la red social.
CONDENA OFICIAL
El presidente afgano, Ahsraf Ghani, ha asegurado en un comunicado que el Ministerio del Interior y una comisión de académicos religiosos investigarán el linchamiento, ya que "ningún individuo tiene derecho a erigirse en juez y a usar la violencia para castigar a otros".
El Gobierno, ha añadido, "también condena en términos rotundos cualquier acción que falte al respeto al Corán o a los valores islámicos".
