MADRID, 19 Nov. (EUROPA PRESS) -
La eléctrica estadounidense Energy East tiene previsto celebrar mañana una asamblea general en la que someterá al visto bueno de sus accionistas el acuerdo del consejo de administración para la venta de la compañía a Iberdrola por 3.400 millones de euros, además de otros 3.000 millones en concepto de deuda.
Esta operación, junto con la compra de la británica Scottish Power, ha supuesto uno de los principales movimientos expansivos de Iberdrola en los últimos meses y ha consolidado la presencia del grupo presidido por Ignacio Sánchez Galán en el eje Atlántico.
El consejo de Energy East dio el pasado 25 de junio su visto bueno a la venta y zanjó recientemente los litigios abiertos por los accionistas contrarios al precio de la transacción, de modo que todo parece indicar que la junta de mañana aprobará la adquisición, con la que Iberdrola elevará en 1,8 millones sus puntos de suministro eléctrico, y en 0,9 millones los de gas.
Iberdrola calcula que la operación quedará cerrada en el primer semestre de 2008. El 8 de septiembre la eléctrica española obtuvo la aprobación del regulador federal Hart-Scott-Rodino, y un mes después la de la Comisión Federal de Telecomunicaciones, tras lo que aún debe lograr 'luz verde' de otros cuatro reguladores.
Energy East dispone de una capacidad instalada de 555 megavatios (MW) y generó en 2006 un Ebitda de 729 millones de euros. Su beneficio neto anual se aproxima a los 200 millones y su presencia es significativa en el noreste de Estados Unidos y, en especial, en los estados de Nueva York, Maine, Connecticut, Massachussetts y New Hampshire.
La operación, en la que se valora cada título de la estadounidense a 28,50 dólares, vino acompañada de una ampliación acelerada de capital de Iberdrola valorada en 3.400 millones, con la que el capital social de la compañía aumentó un 7% y logró los recursos financieros necesarios para acometerla.
De no salir adelante la operación, la propia Energy East advierte de que su cotización se verá dañada y recuerda que deberá pagar 45 millones de dólares (30 millones de euros) a Iberdrola como indemnización.
