EEUU.- Un antiguo proveedor de la CIA cuenta detalles sobre la construcción de las cárceles secretas

Actualizado: jueves, 13 agosto 2009 22:47

NUEVA YORK, 13 Ago. (del corresponsal de EUROPA PRESS, Emilio López Romero) -

Hoy en día cumple tres años de condena en un centro penitenciario de Kentucky pero hace más de seis era uno de los principales proveedores de la CIA en Europa, desde donde ayudó a la Agencia Central de Inteligencia a construir la red de cárceles secretas repartidas por el mundo por las que pasaron un gran número de presuntos terroristas.

Kyle D. Foggo recibió el encargo casi dos años después del fatídico 11 de septiembre, cuando tras la caída de las Torres Gemelas de Nueva York la Administración Bush decidió declarar su particular guerra contra el terrorismo, que en la práctica terminó sentando las bases para todo tipo de violaciones de Derechos Humanos en nombre de la mal llamada libertad.

El 'New York Times' revela este jueves que fueron dos agentes de la CIA los que contactaron en marzo de 2003 con 'Dusty', como era conocido en el cuartel general de Langley (Virginia) uno de sus mayores proveedores asentado en Frankfurt, a quien se podía pedir desde cigarrillos y burbon hasta aviones de carga y todo tipo de armas.

Su unidad servía de apoyo para las operaciones de la CIA en Irak y Afganistán pero no dudó un instante en aceptar el encargo. "Era un tema demasiado sensible para llevarlo desde la sede central, yo estaba orgulloso de poder ayudar a mi país", afirmó en una entrevista Foggo, que fue arrestado en San Diego hace dos años.

TENÍAN QUE SER IDÉNTICAS

Tuvo a su cargo las tareas de supervisión durante la construcción de al menos tres de las cárceles secretas, preparadas para albergar a media docena de detenidos cada una, desde una concurrida calle del centro de Bucarest hasta un lugar recóndito de Marruecos, pero todas ellas debían ser idénticas para que los detenidos no supieran nunca donde se encontraban.

Las cárceles secretas de la CIA levantaron una ola de protestas en medio mundo, al igual que los vuelos secretos que operaban por distintos países o las llamadas "técnicas de interrogatorio mejoradas" como el waterboarding (ahogamiento simulado) que fueron empleadas a fondo por sus agentes con los sospechosos de terrorismo y que en realidad son consideradas como torturas.

Entre las múltiples tareas a su cargo, Foggo debía equipar las cárceles secretas con retretes, comprobar que las cañerías funcionaban correctamente y proveer un sinfín de artículos de lo más variados como aparatos de música, videojuegos, colchones y hasta gafas de sol, muchos de ellos comprados en supermercados estadounidenses Wall-Mart y transportados después en avión hasta su destino final.

Su centro de operaciones en Alemania estaba prácticamente 'dormido' hasta que el mundo entero vio en directo la caída del World Trade Center por televisión, y a partir de entonces empezó a contar con un presupuesto de siete millones de dólares que poco tiempo después acabó triplicándose, y con una decena de empleados a su cargo.