WASHINGTON, 19 May. (Reuters/EP) -
La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, anunció hoy la donación de 100 millones de dólares (unos 73,6 millones de euros) en concepto de ayuda humanitaria a Pakistán para asistir a los dos millones de personas que han tenido que huir de sus hogares a causa de los combates entre las fuerzas gubernamentales y la insurgencia en el noroeste del país. A esta ayuda habrá que sumar los 10 millones adicionales (7,3 millones de euros) que entregará el Departamento de Defensa.
Esta ayuda "es esencial para la seguridad global y la seguridad de Estados Unidos y estamos preparados para dar más si la situación lo requiere", dijo Clinton, quien especificó que buena parte de la ayuda será destinada a la adquisición de cereales como parte de una gran "inversión en la población y la economía en Pakistán". Además, justificó que las autoridades paquistaníes están colaborando en la lucha contra los extremistas que amenazan la "seguridad colectiva", razón por la que merecen ser apoyadas.
Clinton instó a los estadounidenses a participar en los esfuerzos humanitarios enviando donaciones de 5 dólares a través de mensajes de teléfono móvil a un número determinado, según detalló la cadena norteamericana CNN.
"POLÍTICA INCOHERENTE"
Por otro lado, la jefa de la Diplomacia estadounidense calificó la política de la Casa Blanca hacia Pakistán durante las últimas tres décadas como "incoherente" al recordar que Washington instigó a los extremistas a combatir contra la ocupación soviética en los años ochenta. Clinton aseguró que el presidente estadounidense, Barack Obama, está comprometido a entablar una alianza a largo plazo con Pakistán para hacer frente a la red Al Qaeda y los talibán.
Mientras, el responsable de la ONG Refugees International elogió la medida de Estados Unidos pero matizó que se necesitan más fondos y acusó a este país de ser uno de los responsables del éxodo de la población del valle del Swat porque "ha animado al Gobierno a actuar enérgicamente contra los talibán".
Por último, la analista del Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos Teresita Schaffer estimó que con esta decisión el Gobierno norteamericano demuestra que está profundamente preocupado por estabilizar la situación en Pakistán. Washington "está convencido de que la insurgencia interna representa probablemente el único gran peligro para los intereses de Estados Unidos (y Pakistán) en la región", relató esta experta.
