EEUU.- Los servicios de emergencia permanecen alerta ante el posible retorno de los vientos en California

Europa Press Internacional
Actualizado: lunes, 29 octubre 2007 14:07

SAN DIEGO (CALIFORNIA, EEUU), 29 (EP/AP)

Una semana después de que medio millón de personas fueran evacuadas a causa de los incendios del sur de California, los refugios empiezan a cerrarse y los vecinos se preguntan qué hacer ahora, a pesar de que los bomberos continúan alerta ante la posibilidad de que los fuertes vientos regresen al final de la semana.

Existe la posibilidad de que se moderen los fuertes vientos de 'Santa Ana', los vientos secos que alimentaron las llamas durante la semana pasada, aunque podrían retornar en los próximos siete días, según los meteorólogos. "Es un poco prematuro estar de celebración, eso seguro", dijo el portavoz de la Oficina de Protección Forestal y contra Incendios del Gobierno californiano, Fred Daskoski. "Esperamos tener el control total esta semana, pero si alguno de esos vientos retorna, existe la posibilidad de que un par de puntos revienten y entonces estaremos fuera del camino otra vez", alertó.

Los vientos que la semana pasada alcanzaron la velocidad de 160 kilómetros por hora empujaron las llamas más de 202.000 hectáreas, destruyendo más de 2.000 casa y forzando a miles de personas a desplazarse a refugios en siete condados de California. Ayer, la Oficina de Servicios de Emergencia del estado de California situó el número de infraestructuras destruidas en 2.767, entre las que se incluyen 2.013 viviendas, informó el portavoz de la oficina, Kim Oliver. Más de una docena de fuegos estaban ayer controlados, mientras los bomberos concentraban sus esfuerzos en las labores de extinción de otros siete.

Una vez levantadas casi todas las órdenes de evacuación, las víctimas de los incendios han empezado a calcular sus pérdidas y a preguntarse dónde irán ahora. En San Diego, el mayor refugio que permanece activo está en el recinto ferial de Del Mar, donde viven unos 130 evacuados, varios de los cuales han perdido sus casas. Muchos han llegado hasta allí desde otros refugios, incluidos algunos institutos que hoy comenzaron sus clases y del estadio de Qualcomm, que ayer volvió a ser escenario del espectáculo del fooball americano, con partido entre el San Diego Charger y los Houston Texans.

Algunos desplazados no saben si sus hogares han sido arrasados o no por el fuego, y no pueden trasladarse a comprobarlo porque en algunas zonas, como las áreas montañosas de Lake Arrowhead y Running Springs, las carreteras están cortadas por los servicios de emergencia. Otras muchas personas se preguntan cómo sobrevivirán económicamente y están pensando en iniciar cuanto antes los trámites para solicitar la cobertura de los gastos a las compañías de seguros. Las víctimas coinciden en que "lo peor será no poder recuperar los objetos personales".

A pesar de que muchos han perdido casi todo, las víctimas siguen dando gracias a Dios en servicios religiosos que tienen lugar en algunas de las comunidades más perjudicadas. En la iglesia presbiteriana de la comunidad de Rancho Bernardo, donde 60 familias perdieron sus hogares, las víctimas dieron las gracias a dios por las vidas salvadas, en especial las de sus familiares y amigos, y por las pequeñas cosas, como el consuelo de un abrazo o un hombro donde llorar.

Siete muertes se han atribuido directamente a los fuegos, entre las que se incluyen las de cuatro presuntos inmigrantes ilegales, cuyos cuerpos abrasados se encontraron cerca de la frontera con México el pasado jueves. Once mejicanos están siendo tratados en el hospital de San Diego por quemaduras sufridas en los incendios, tras cruzar la frontera de forma ilegal, según confirmó el sábado el Gobierno Mexicano. Cuatro de los cuales están en estado crítico.

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