El enviado de la ONU a Myanmar se reúne con la líder opositora pero no con la Junta Militar

Actualizado: lunes, 1 octubre 2007 2:01


RANGÚN, 1 Oct. (OTR/PRESS) -

El enviado especial de la ONU a Myanmar (antigua Birmania), Ibrahim Gambari, no logró alcanzar ayer todos sus objetivos ante una actitud poco receptiva de la Junta Militar. Gambari mantuvo algunos contactos con autoridades del país pero no consiguió reunirse con el líder de la Junta Militar, el general Than Shwe, ni con su número dos, el general Maung Aye, según informó Naciones Unidas. Por contra, sí habló con la premio nobel de la Paz Auung San Suu Kyi en contraste a la negativa de ayer. Entretanto, el ejército birmano empieza a sofocar la revuelta con puño de hierro.

En un comunicado, la ONU indicó que Gambari se reunió con el primer ministro, con el viceministro de Asuntos Exteriores y con los ministros de Información y Cultura. Asimismo, "hizo gestiones para reunirse" con el general Than Shwe, sin resultados. Otro dirigente ausente de los encuentros fue fue Maung Aye. Este espaldarazo de las autoridades militares coincide con un fin de semana en el que los efectivos birmanos han conseguido reprimir casi en su totalidad las protestas, siguiendo la dura línea de represión de los últimos días.

Con quien sí pudo reunirse, según el comunicado de la ONU, es con la activista demócrata Aung San Suu Kyi, después de que recibir el permiso de la Junta Militar. El encuentro duró aproximadamente 90 minutos, según informaron fuentes diplomáticas bajo anonimato. No han transcendido más detalles sobre la entrevista pero contrasta con la negativa expresada ayer por el ejército, que prohibió al representante la ONU mantener un encuentro con Aung San suu, premio Nobel de la Paz y heroína del presidente democrático que ganó las elecciones de 1990 y que ha pasado 12 de los últimos 18 años en arresto domiciliario.

SEGUNDO INTENTO DE HABLAR CON LA JUNTA

Gambari, quien se desplazó a Rangún desde Naypyitaw para entrevistarse con Suu Kyi, regresó después a la capital para intentar de nuevo reunirse con los dos principales dirigentes del país. En su posible encuentro, de llegar a producirse finalmente, intentaría transmitir un mensaje de la propia Suu Kyi al jefe de la Junta.

Las manifestaciones en Myanmar comenzaron el 19 de agosto en respuesta a las subidas de los precios de los combustibles y el 17 de septiembre los monjes budistas se pusieron al frente de las protestas, tras vencer el plazo dado al Gobierno para disculparse con el monacato por golpear bonzos en las movilizaciones.

En la jornada de hoy el control de la Junta Militar empezó a dar sus frutos gracias a una durísima represión en la que los efectivos no dudaron en disparar indiscriminadamente a manifestantes. Además de haber rodeado los monasterios para mantener a raya a los monjes (grandes impulsores de las revueltas), las fuerzas de seguridad se afanaron en controlan enérgicamente la grabación de imágenes, mientras que se mantenía el bloqueo del uso de Internet para disminuir el impacto del movimiento revolucionario.

Las recientes masivas protestas populares en Myanmar son las más graves en el país asiático desde el levantamiento de 1988 que acabó con 3.000 muertos. La brutal represión de los últimos días se ha saldado, según cifras oficiales, con 16 vidas, 200 heridos y más de 1.300 detenidos, un millar de ellos monjes.