MADRID 5 Nov. (EUROPA PRESS) -
Un equipo de enviados especiales internacionales liderados por Naciones Unidas ha expresado este lunes su preocupación por la continuación de las hostilidades entre las fuerzas gubernamentales de República Democrática del Congo y el grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23), a pesar del anuncio de éste último de un "cese inmediato de hostilidades".
La delegación, encabezada por la enviada especial de la Secretaría General de la ONU a la región de los Grandes Lagos, Mary Robinson, ha recalcado que el anuncio formulado por el M23 es "un primer y necesario paso hacia la paz".
Asimismo, ha solicitado al grupo insurgente que cumpla con lo acordado y ponga fin a su rebelión, al tiempo que ha instado al gobierno congoleño a poner fin a sus operaciones militares contra la formación en esta etapa.
La delegación estaba integrada por Robinson, el representante especial de la Secretaría General de la ONU para el país y director de la Misión de la ONU en República Democrática del Congo (MONUSCO), Martin Kobler; el representante especial de la Unión Africana para los Grandes Lagos, Bubacar Diarrá; el enviado especial de Estados Unidos para los Grandes Lagos, Russell Feingold; y el coordinador de la UE para esta misma región, Koen Vervaeke.
El domingo, el Gobierno expresó su satisfacción con el anuncio del grupo rebelde y recalcó que "no habrá combates si el M23 deja de combatir". "Nuestro objetivo es que el M23 se desmovilice. No es una fuerza regular y no está autorizado a portar armas. Además de cesar las hostilidades ha de entregar las armas", dijo el portavoz gubernamental, Lambert Mende.
Por su parte, Uganda, país mediador en las negociaciones de paz en vigor, destacó que el anuncio de alto el fuego por parte del M23 es "un paso en la buena dirección", pero matizó que aún espera que la medida sea efectiva.
En los últimos días las fuerzas gubernamentales congoleñas han logrado importantes avances y han tomado varias localidades hasta ahora controladas por el M23 en la región de Kivu Norte (este).
Los guerrilleros del M23 han abandonado ya Bunagana, último reducto que controlaban en la región, y se han retirado hacia las zonas boscosas y montañosas de la frontera congoleña con Uganda y Ruanda, origen de la rebelión, en los montes de Runyoni, Mbuzi y Tshanzu.