Actualizado: viernes, 13 noviembre 2015 10:08

MADRID, 13 Nov. (EUROPA PRESS) -

La facción rebelde de los talibán ha desmentido este viernes la muerte de su 'número dos', el mulá Mansur Dadulá, después de las informaciones sobre su fallecimiento en el marco de los enfrentamientos internos en la provincia de Zabul (sur).

El portavoz de la facción, Qari Hamza, ha asegurado que las informaciones han sido difundidas por los opositores al grupo para "ocultar las numerosas bajas" sufridas durante los enfrentamientos, según ha recogido la agencia afgana de noticias Pajhwok.

El jueves, el subcomandante de la Policía de Zabul, Ghulam Jilani Farahi, afirmó que Dadulá había muerto a manos de talibán leales al líder del grupo, el mulá Ajtar Mansur, en un enfrentamiento en la localidad de Jak-i-Afghan.

"Según mis informaciones, Dadulá está vivo y coleando", ha recalcado Hamza, quien ha rechazado además que su facción decapitara a siete civiles hazara secuestrados en la provincia, asegurando que fueron asesinados por el grupo rival para desprestigiarles.

Las decapitaciones, presuntamente llevadas a cabo por milicianos del grupo yihadista Estado Islámico integrados en la facción rebelde, han provocado masivas manifestaciones en la capital, Kabul, y otros puntos del país.

Varios comandantes talibán que se opusieron al nombramiento del mulá Mansur como líder del grupo nombraron el lunes al mulá Mohamad Rasul como líder de una escisión de la formación, grupo que contaría con el respaldo del Estado Islámico.

Rasul fue uno de los comandantes que se negó a jurar fidelidad a Mansur como nuevo líder de los talibán tras la confirmación de la muerte del hasta entonces líder supremo del grupo, el mulá Muhamad Omar.

Los talibán rebeldes, que se autodenominan Alto Consejo del Emirato Islámico de Afganistán, nombraron además a Dadulá como 'número dos' de la facción, lo que supone un desafío para Mansur debido a la influencia de Dadulá en el sur del país.

Dadulá, hermano del importante comandante talibán Dadulá Ajund, había rechazado igualmente el nombramiento de Mansur y llegó a afirmar que Omar no murió por causas naturales, sino que fue asesinado.

Los talibán confirmaron oficialmente en julio que el mulá Omar llevaba muerto más de dos años después de que los servicios secretos afganos filtraran la noticia. Al día siguiente eligieron al mulá Mansur, hasta entonces 'número dos' de los talibán, como líder del grupo.

Muchos de los comandantes talibán y también la familia del mulá Omar expresaron su malestar con este nombramiento, ya que lo consideran demasiado cercano a Pakistán. Además, cuestionan el hecho de que Mansur ocultara durante dos años la muerte de Omar, defendido para fomentar la cohesión de los talibán.

Los talibán se vieron entonces arrastrados a una disputa en torno a la sucesión marcada por las diferencias entre Mansur y el mulá Mohamad Yaqub, hijo mayor de Omar, si bien éste juró finalmente su fidelidad al nuevo líder en septiembre.

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