Filipinas.- Feministas filipinas critican que Japón no admita que su Ejército forzara la prostitución durante la II GM

Actualizado: viernes, 2 marzo 2007 11:33

MANILA, 2 Mar. (EP/AP) -

Grupos feministas de Filipinas criticaron hoy la reacción del primer ministro japonés, Shinzo Abe, quien concluyó ayer que "no existen pruebas que demuestren" que el Ejército reclutara de manera coercitiva a mujeres asiáticas para ejercer la prostitución durante la II Guerra Mundial.

Las feministas sostienen que Japón, que ocupó Filipinas en 1941, forzó a muchas de sus ciudadanas a ejercer la prostitución en burdeles que frecuentaban los militares nipones y que eran construidos por el propio Ejército.

De hecho, Rechilda Extremadura, directora del grupo Lila Pilipina, que integra a feministas y a víctimas del mercado sexual en época de guerra, comentó que permanecen vivas 120 filipinas de las 174 de las que se tiene constancia documental de que sufrieran estos abusos. No obstante, las cifras estimadas de 'mujeres de consuelo' --eufemismo japonés que designaba a estas mujeres-- se elevan a cientos de ellas.

"Estamos muy enfurecidas", expresó Extremadura, quien aseguró que el Gobierno de Abe tiene la obligación de "aceptar, reconocer y asumir las responsabilidades" de estos hechos.

Recientemente, una resolución del Congreso de Estados Unidos pidió al primer ministro japonés que reconociera formalmente y se disculpara como jefe de un Gobierno que empleó estas prácticas sexuales ilegítimas. Japón se opuso en su momento a esta resolución, que, por otra parte, supuso un bache en las relaciones entre ambos países.

El escándalo de las 'mujeres de consuelo' ha causado un gran revuelo en la vida política japonesa. Distintos partidos de derecha se han opuesto vivamente a la Declaración de Kono. Este documento lleva el nombre de Yohei Kono, jefe de la secretaría del Gabinete que en 1993 diseñó la declaración gubernamental que aceptó la participación del Ejército nipón en la creación de burdeles para sus tropas durante el siglo pasado, reclutando a muchas de estas mujeres de manera coercitiva.

Los grupos de derecha, en cambio, consideran que las prostitutas trabajaron de manera voluntaria y no existía coerción alguna. Según los historiadores, unas 200.000 mujeres, la mayoría de ellas procedentes de la península coreana y de China, ejercieron la prostitución para los militares japoneses en aquella época.