PARÍS, 19 Oct. (EUROPA PRESS) -
Después de anunciar oficialmente su divorcio de Nicolas Sarkozy, la ya ex primera dama de Francia confiesa en una entrevista al diario 'L'Est Republicaine' que la pareja intentó salvar el matrimonio pero que ya no fue posible. "Lo intentamos todo, lo intenté todo, pero simplemente ya no fue posible", dice Cecilia Sarkozy, que anuncia su intención de "pasar página e intentar vivir discretamente y en la sombra".
A lo largo de la entrevista, narra que en 2005 se enamoró de alguien --velada alusión a su historia con el publicista Richar Attias que ocupó entonces la portada de las revistas--, abandonó su casa y volvió hace un año para "intentar reconstruir algo", sin conseguirlo.
Cecilia niega tener la influencia que muchos le atribuyen para hacer y deshacer nombramientos políticos --Yo cierro la puerta del despacho. Jamás he querido inmiscuirme en nada", señala--, reafirma su aversión al papel de primera dama y asegura que ahora quiere centrarse en su familia y mirar al futuro sin que le condicione el pasado.
"En este momento hay cambios radicales en mi vida e intento gestionarlos para que no me superen.Soy una incondicional del positivismo", explica.
Al ser preguntada sobre las razones que le han llevado a tomar la decisión de separarse, responde que lo que le ha pasado es algo que le pasa a mucha gente. "Un día la pareja no es lo esencial de tu vida, no funciona, no va bien. Las razones son inexplicables, le pasa a mucha gente", dice.
"Intentamos reconstruir, poner la familia por delante, esta familia reconstruída de la que todos hablan en Francia, pero ya no fue posible", señala Cecilia subrayando, no obstante, que la crisis "no llega de la noche a la mañana".
Explica también sus ausencias públicas, como ocurrió durante la reunión del G8, de la que, según relata, prefirió irse porque su sitio no estaba allí, y dice asimismo que si no fue a votar durante la segunda vuelta de las presidenciales es "porque no estaba bien" y no era el momento de mostrarse en público.
"Preferí no mostrarme, no exponerme, protegerme. Una de las perversiones de mi posición es que tengo que explicar por qué necesito vivir tranquila, escondida", prosigue.
Niega también la existencia del enigma que los medios de comunicación han visto en ella. "No hay ningún enigma, ningún misterio, sólo una pareja que atraviesa una crisis y que intenta superarla sin lograrlo".
La hasta ayer esposa del presidente habla igualmente de la personalidad de Nicolas Sarkozy y admite que se sintió "orgullosa" cuando supo que se convertiría en presidente de la República. "Pienso que forma parte de esta raza de hombres que coloca su carrera y su vida al servicio del Estado sin esperar nada a cambio", resalta.
