PARÍS, 29 Nov. (EUROPA PRESS) -
El estado de gracia de Nicolas Sarkozy ha llegado a su fin a juzgar por la caída que experimenta la confianza de los franceses en su presidente para resolver los problemas que tiene el país. El porcentaje de franceses que mantiene la confianza en Sarkozy es del 49%, exactamente el mismo que se la retira, según el último barómetro de Sofres para el diaro 'Le Figaro'.
François Fillon, por su parte, cosecha un 51% de descontentos y su impopularidad sigue avanzando por segundo mes consecutivo. La desconfianza de la opinión pública francesa se ve acompañada de un claro aumento del pesimismo. Así, casi tres de cada cuatro encuestados dicen temer que las cosas irán todavía a peor.
En cuanto a la percepción del clima político no es mucho más alentador: el 76% sospecha que habrá "muchois conflictos sociales en los próximos meses". Más preocupante, parece que más de la mitad de los franceses (el 51% frente al 42%) sostiene que estos conflictos pueden derivar en "enfrentamientos y violencia".
La lucha contra la subida de los precios es, en efecto, la primera preocupación de los franceses, con un 33%, por delante incluso del paro (25%) y el mantenimiento del poder adquisitivo (el 21%, 5 puntos más en un mes. Además, es la primera vez desde 1981 que la inflación se situa entre las primeras preocupaciones de los franceses.
La acción del Gobierno frente a estos problemas que afectan básicamente a la vida cotidiana se ve de manera general ineficaz, particularmente para luchar contra la inflación.Sólo el 9% de los sondeados ven positiva la acción política en este terreno.
Aunque son las clases populares, las más afectadas por la cuestión del coste de la vida, quienes retiran su confianza, la actitud hacia Gobierno y presidencia está también marcada por la posición ideológica. El 87% de los simpatizantes de derecha y el 93% de los de la UMP siguen confiando en Nicolas Sarkozy, mientras que sólo lo hace el 19% de los de izquierda.
Detrás de estas cifras está la preocupación número uno de los franceses, que es la paulatina pérdida de poder adquisitivo a la que no terminan de ver una solución pese a que tanto el Jefe del Estado como el Gobierno de François Fillon dan a este asunto un caracter prioritario.
La escalada del precio del petróleo y la subida de las materias primas unido a la escasa eficacia de las medidas puestas en marcha hasta ahora por el Ejecutivo no ha hecho sino empeorar las cosas. El Gobierno ha liberalizado las horas extra para que se pueda cumplir la famosa frase de Sarkozy "trabajar más para ganar más", establecido créditos de hasta el 40% sobre los intereses del préstamo para la compra de una primera vivienda.
También ha creado un 'escudo fiscal' para que la suma de los impuestos directos no supere el 50% de los ingresos del contribuyente o la exención tributaria para los estudiantes de menos de 25 años que trabajan.
No obstante, los franceses siguen quejándose y muchas de las movilizaciones vividas recientemente en todo el país, como las de los funcionarios, muestran la urgencia de adoptar medidas tangibles. Por eso, Sarkozy anunciará esta noche desde El Elíseo en una entrevista televisada unas ansiadas medidas para mejorar esta situación.