El Gobierno de Túnez niega la existencia de un aparato de seguridad paralelo

Actualizado: jueves, 1 agosto 2013 3:21

MADRID, 1 Ago. (EUROPA PRESS) -

El ministro del Interior de Túnez, Lotfi ben Jedu, ha negado este miércoles la existencia de un "aparato de seguridad paralelo" conformado por miembros leales al partido islamista Ennahda, principal miembro del Gobierno, tal y como denunció el martes un sindicato de las fuerzas de seguridad.

"No hay una unidad de seguridad recibiendo órdenes e instrucciones desde fuera del Ministerio del Interior", ha dicho Ben Jedu durante una entrevista publicada por el diario tunecino 'As Sabah'.

En este sentido, ha recalcado que ya ha investigado dichas denuncias sin encontrar prueba alguna de su existencia, si bien ha manifestado que está abierto a abrir "una investigación inmediata" en caso de que se le presenten pruebas.

El Sindicato de las Fuerzas de Seguridad Republicanas sostuvo el martes que "en el centro del Ministerio del Interior hay un aparato de seguridad paralelo" y destacó que Ennahda ha creado una división fundamentada en motivos políticos en el interior del ministerio.

Asimismo, agregó que "algunas de estas personas son oportunistas" y detalló que estuvieron afiliados al Gobierno del expresidente Zine el Abidine ben Alí, derrocado en enero de 2011, antes de unirse a las filas de la formación islamista.

Las acusaciones sobre la existencia de estas milicias no es nueva. El opositor Chokri Belaid, líder del Movimiento Patriótico Democrático Unificado, fuerza marxista y panárabe que forma parte del Frente Popular y que fue asesinado en febrero en la capital, encabezó antes de su muerte una campaña de denuncias contra la presunta complicidad de Ennahda y las Ligas de Defensa de la Revolución, que algunos opositores describen como el brazo armado del movimiento islamista.

Días antes de su asesinato, Belaid proporcionó una lista de presuntos miembros de Ennahda involucrados en el ataque contra un acto del Frente Popular en la localidad de Le Kef. Asimismo, acusó al Ejecutivo tunecino de connivencia con los episodios de violencia política en el país.

Al asesinato de Belaid se sumó la semana el del opositor Mohamed Brahmi, antiguo líder de Echaab (Pueblo) y uno de los principales dirigentes de la izquierda tunecina, quien también se significó en los últimos meses por sus duras críticas a Ennahda y su respuesta a la presencia de organizaciones armadas salafistas en el país.

Ennahda ha rechazado estas acusaciones y ha indicado que los responsables de los asesinatos de ambos opositores pertenecen a un grupo vinculado con la formación islamista radical Ansar al Sharia, prohibida por las autoridades hace meses por sus actividades armadas en el país.

Por su parte, Ansar al Sharia ha negado cualquier vínculo con los asesinatos y ha descrito las afirmaciones del Ministerio del Interior como "intentos para dañar la imagen de los salafistas en Túnez debido a su creciente popularidad".

Tras la caída de Ben Alí, la influencia que debe ejercer la religión en el Gobierno y en la sociedad se ha convertido en un tema muy polémico en este país del norte de África, que durante décadas ha sido considerado como el país más secular del mundo árabe.