MADRID, 23 Abr. (EUROPA PRESS) -
El secretario general de naciones Unidas, António Guterres, ha tildado este martes de "inaceptable" la situación de los dos periodistas de Reuters condenados en Birmania a siete años de prisión por haber incumplido la ley de secretos oficiales, después de que el Tribunal Supremo haya rechazado su apelación final.
"El secretario general sigue preocupado por la continuada detención de Wa Lone y Kyae Soe Oo", ha dicho el portavoz de Guterres, Stéphane Dujarric, en su rueda de prensa diaria.
"Es inaceptable que estos periodistas fueran juzgados por informar sobre graves violaciones de los Derechos Humanos contra los rohingya en el estado de Rajine", ha indicado, antes de resaltar que Guterres "ha reclamado en varias ocasiones su liberación y que las autoridades respeten el derecho de libertad de expresión e información".
Dujarric ha recalcado además que "se debe seguir abogando por su liberación (la de los periodistas) y el fortalecimiento de la protección de los periodistas".
Wa Lone, de 32 años, y Kyaw Soe Oo, de 28 años, fueron declarados culpables después de un juicio en un tribunal de distrito de Rangún en un caso histórico que ha planteado dudas sobre el avance de Birmania hacia la democracia y ha provocado protestas de diplomáticos y defensores de los Derechos Humanos.
Los abogados de los periodistas presentaron una apelación al Tribunal Supremo alegando que no había pruebas de delito. El Tribunal Superior de Rangún rechazó una apelación anterior en enero.
La líder de facto de Birmania, Aung San Suu Kyi, dijo en septiembre que el encarcelamiento de los periodistas no tenía nada que ver con la libertad de expresión. Una semana después de la sentencia, Suu Kyi aseguró que fueron condenados por manejar secretos oficiales y que "no fueron encarcelados por ser periodistas".
Antes de su detención, los periodistas estaban trabajando en una investigación de Reuters sobre el asesinato de diez hombres y niños musulmanes rohingyas por parte de fuerzas de seguridad y budistas locales en el estado de Rajine, en el oeste de Birmania. La operación provocó que más de 700.000 personas huyeran a Bangladesh.
