EL CAIRO 25 Abr. (Reuters/EP) -
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Chuck Hagel, ha explicado que el país tiene que ser "muy cuidadoso" a la hora de determinar si el régimen sirio ha usado armas químicas porque se trata de "un asunto serio", aunque ha subrayado que con ello no cuestiona los hallazgos de los servicios de Inteligencia de otros países.
En la rueda de prensa que ha ofrecido al término de su visita a Egipto, Hagel se ha hecho eco de las informaciones publicadas por la prensa internacional sobre el uso de armas químicas por parte del régimen sirio, basadas en la Inteligencia israelí, británica y francesa.
"Las sospechas son una cosa y las evidencias otra", ha subrayado. "Creo que debemos ser muy cuidadosos antes de llegar a una conclusión, que debe estar basada en Inteligencia real", ha apuntado, en declaraciones recogidas por Reuters.
El jefe del Pentágono ha aclarado que con ello no está cuestionando "en absoluto" a los servicios de Inteligencia de otros países, que ya han llegado a sus propias conclusiones. "Pero Estados Unidos tiene sus propios servicios de Inteligencia", ha insistido.
Interrogado sobre los informes israelíes, que sostienen que el Gobierno de Bashar al Assad ha usado armas químicas contra los rebeldes en varias ocasiones, probablemente gas sarín, Hagel ha indicado que durante su visita de tres días al país hebreo no ha sido informado de ello.
"Cuando estuve en Israel no me dieron ninguna evaluación, supongo que no estaría completa, así que no he visto nada específico no he hablado sobre nada específico ni con ellos ni con nuestros agentes de Inteligencia", ha apuntado.
Además, ha rechazado que la publicaciones de estos informes tengan por objetivo añadir presión a Estados Unidos para que haga un pronunciamiento definitivo. "Creo que asuntos tan serios como este no pueden valorarse en función de un calendario", ha insistido.
ATAQUES QUÍMICOS
El Gobierno sirio y los rebeldes se han acusado mutuamente de haber perpetrado un ataque con armas químicas en Jan al Assal, a ocho kilómetros al suroeste de la ciudad de Aleppo, que habría causado al menos 26 muertos, incluidos diez civiles y 16 militares.
En respuesta, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, ha ordenado abrir una investigación sobre el presunto uso de armas químicas en Siria, tras lo cual las autoridades sirias han entregado a los investigadores de la ONU muestras del supuesto ataque.
Un grupo de países, liderado por Reino Unido y Francia, ha pedido que también se investigue el supuesto ataque con armas químicas perpetrado en la localidad de Otaiba, ubicada en la provincia de Damasco, pero Siria, apoyado por Rusia, ha insistido en que las pesquisas deben centrarse exclusivamente en el suceso de Aleppo.
Naciones Unidas calcula que desde marzo de 2011, cuando comenzó el levantamiento popular contra el régimen de Bashar Al Assad, unas 70.000 personas han muerto a causa de los combates entre las fuerzas gubernamentales y rebeldes.
El Gobierno atribuye gran parte de las víctimas a los grupos terroristas que actúan en el país árabe --según ha denunciado insistentemente-- con la financiación y el apoyo material de Arabia Saudí, Qatar y Turquía, entre otros.