MADRID 16 Feb. (EUROPA PRESS) -
Las autoridades indias han levantado este sábado el toque de queda impuesto en el estado de Cachemira a raíz de que la semana pasada se hiciera efectiva la sentencia de muerte a Afzal Guru, acusado de urdir un ataque contra el Parlamento de India en 2001 que mató a nueve personas y colaborar supuestamente con Pakistán.
Una semana ha permanecido vigente el toque de queda, por temor a posibles represalias tras el ahorcamiento de Guru, en un momento en el que las tensiones entre Pakistán e India en la zona fronteriza se han reavivado.
Sin embargo, las fuerzas de seguridad indias continuarán en alerta máxima para controlar la situación ante la amenaza de huelga general durante dos días que ha convocado Conferencia Hurriyat de Todas los Partidos (APHC), una gran coalición de formaciones políticas y organizaciones cachemiríes.
En cambio, quedarán restaurados la conexión a Internet y la televisión, que fueron suspendidos poco después de que Guru fuera ejecutado, según ha informado la cadena india NDTV.
Las autoridades indias adoptaron estas medidas preventivas, una vez que grupos armados que operan en la región de Cachemira advirtieran en reiteradas ocasiones de que atacarían en caso de que Guru fuera ejecutado.
EL CASO DE GURU
Guru, que era un vendedor de fruta, negó en reiteradas ocasiones los cargos imputados por el Tribunal Supremo indio. Su ahorcamiento en la cárcel de Tihar, a las afueras de la ciudad de Delhi (norte), produjo después de que el Supremo y el presidente de India, Pranab Mukherjee, rechazaran su última petición de clemencia.
La ejecución de reos es una práctica inusual en India y a la que las autoridades solo recurrió, en casi una década, el pasado año para condenar al único superviviente del grupo de hombres armados que perpetraron una cadena de atentados en Bombay en 2008 que acabaron con la vida de seis extranjeros.
El ataque contra el Parlamento indio fue perpetrado por cinco hombres armados en diciembre de 2001. Un jardinero y ocho policías perdieron la vida antes de que las fuerzas de seguridad indias mataran a los atacantes. Además de Guru, otras dos personas fueron detenidas a raíz del ataque pero fueron absueltas por la falta de pruebas.
India acusó al grupo insurgente cachemir Jaish-e-Mohammed, que ha atentado contra numerosos intereses indios. Esta milicia está prohibida en Pakistán pero Nueva Delhi asegura que goza del apoyo paquistaní. Islamabad desmintió cualquier colaboración.
Guru iba a ser ejecutado en 2006 pero una petición de clemencia de su esposa retrasó el proceso, al tiempo que líderes de la oposición han abogado por el aplazamiento de su ahorcamiento y activistas pro Derechos Humanos han pedido su absolución por la ausencia de un juicio justo.