Investigan un nuevo caso de tráfico ilegal de órganos en un hospital en Bombay

Actualizado: martes, 19 julio 2016 18:27

BOMBAY, 19 Jul. (Thomson Reuters Foundation/EP) -

La Policía de Bombay sospecha que un grupo criminal que se dedica a robar los órganos de la gente pobre podría estar detrás de un trasplante de riñón organizado en un prestigioso hospital, en lo que sería el último caso de una escasez de órganos que ha ayudado a aumentar el mercado negro.

El trasplante, que se iba a llevar a cabo en el hospital de Hiranandani de Bombay, fue cancelado la semana pasada después de que se viera que los documentos del donante eran falsos. "Hemos sido víctimas de un fraude masivo", ha asegurado el director del hospital, Sujit Chatterjee.

Ya se ha detenido a un trabajador del centro así como a otras seis personas por su posible relación con el caso. La Policía está investigando otros trasplantes anteriores para ver si ha habido algún tipo de delito.

"Estamos siguiendo la pista de una banda que encuentra a gente pobre, les hace documentación falsa y les lleva al hospital haciéndoles pasar por familiares", ha asegurado un portavoz de la Policía.

La compra y venta de órganos es ilegal en India y solo se permite que donen los familiares cercanos. Las donaciones tienen que ser aprobadas por un comité especial formado por trabajadores sociales y funcionarios en cada hospital.

Todos los años, más de 200.000 personas en India necesitan un riñón y alrededor de 100.000 necesitan un nuevo hígado, pero solo entre un dos y un tres por ciento esta demanda se ve saciada debido a la ignorancia y a la reticencia cultural, según los datos publicados por la fundación MOHAN, una ONG especializada en donaciones.

La escasez crónica ha potenciado un mercado negro en el que gente desesperada acude a intermediarios a los que se les puede llegar a pagar un millón de rupias, alrededor de 13.500 euros, o incluso más por un riñón.

Estos intermediarios suelen acudir a pueblos o aldeas para buscar donantes potenciales a los que hacen falsas promesas de trabajos en la ciudad. Muchos de los que acceden a donar sus órganos son pobres y a menudo analfabetos y habitualmente solo reciben una pequeña parte del dinero, con el intermediario embolsándose el resto.

"Nosotros somos doctores, no tenemos la habilidad de detectar documentos falsificados y engaños elaborados", ha asegurado Chatterjee, a lo que ha añadido que el hospital está colaborando con la Policía y está revisando sus procesos de trasplantes.

El mes pasado, un hospital en Nueva Delhi reconoció haber sido engañado por un grupo de traficantes para quitarle los riñones a una víctima pensando que era familiar del paciente. En los últimos años también se han dado casos de extranjeros viajando a India para recibir trasplantes, así como hombres nepalíes víctimas del tráfico para convertirse en donantes.

"Es una situación desafortunada, y no acabará hasta que se solucione la escasez masiva de órganos", ha asegurado el fundador de MOHAN, Sunil Shroff. "Necesitamos concienciar y aumentar las donaciones. Es la única forma de solucionarlo", ha añadido.