NUEVA YORK, 8 Ene. (EUROPA PRESS) -
Cada vez más soldados estadounidenses heridos en combate en Irak tienen más posibilidades de sobrevivir, según estadísticas del Pentágono recogidas por el diario estadounidense 'The New York Times', que señala no obstante un alarmante crecimiento en la cifra de víctimas durante los enfrentamientos contra la insurgencia.
Durante más o menos los últimos doce meses, casi 5.500 soldados han resultado heridos en acción, más del doble que los registrados a lo largo de 2009 y seis veces más que el número de heridos en 2008. Sin embargo, sólo un 7,9 por ciento de estos soldados pereció a causa de las heridas infligidas en combate. En 2009, este porcentaje superaba el 11 por ciento.
Las estadísticas del Pentágono subrayan que este descenso tiene lugar a pesar de que ahora hay más tropas patrullando a pie el país árabe, lo que aumenta el riesgo a verse expuestos a los disparos o las bombas enemigas.
Los doctores consultados destacan que este descenso en el índice de mortalidad no se debe a una única causa, sino a "una serie de lecciones aprendidas durante casi una década" desde el inicio de la invasión en 2003, como por ejemplo desplegar los helicópteros médicos más cerca de las zonas de combate, o la mejora del conocimiento de los soldados en el uso de los torniquetes.
El Pentágono no dispone de cifras concretas en el caso de los soldados heridos en el conflicto afgano, pero los informes médicos consultados sí registran cierto descenso, sin dar más detalles.
El informe destaca un aumento del número de soldados heridos por artefactos explosivos a lo largo de 2010, unos 3.600, frente a poco más de 820 atendidos por heridas de bala. No obstante, el índice de mortalidad de estos últimos es mayor. Un 12,9 por ciento de los soldados abatidos termina falleciendo, frente a un 7,3 de los que reciben el impacto de una bomba. El arma menos letal para los soldados es la granada autopropulsada: sólo un 3,5 por ciento de los 373 militares heridos fallece a consecuencia de la explosión de un mortero.