NUEVA YORK 26 Mar. (EUROPA PRESS) -
El embajador saliente de Estados Unidos en Irak, Zalmay Jalilzad, admitió en una entrevista que publica hoy el diario 'The New York Times' que mantuvo contactos el año pasado con hombres pertenecientes a los principales grupos insurgentes en un intento por hacer entrar a los milicianos suníes en la política.
"Hubo discusiones con representantes de varios grupos tras las elecciones, y durante la formación del Gobierno antes del incidente de Samarra --atentado contra una mezquita chií en febrero de 2006 que desencadenó una ola de violencia sectaria--, y también algunas discusiones posteriores", indicó Jalilzad. Según el diario, es el primer algo responsable estadounidense en reconocer públicamente que se han mantenido estas conversaciones.
El embajador explicó que los encuentros comenzaron a principios de 2006 y para algunos de ellos se trasladó a Jordania. Jalilzad se entrevistó con representantes del Ejército Islámico de Irak y de las Brigadas de la Revolución de 1920, dos de las principales facciones nacionalistas, según señalaron al rotativo fuentes iraquíes y norteamericanas, si bien el diplomático rechazó dar detalles sobre los encuentros.
Por otra parte, Jalilzad, que en repetidas ocasiones se ha mostrado partidario de hablar con los grupos rebeldes, opinó en la entrevista que los Gobiernos estadounidense e iraquí deberían considerar el conceder una amnistía a los insurgentes. "Esto es algo que nosotros y los iraquíes, el Gobierno, haremos juntos, y hay varios tipos de amnistías", afirmó.
Asimismo, Jalilzad indicó que el comandante estadounidense en Irak, general George W. Casey, también participó en las conversaciones en algún punto, pero no ofreció más detalles. Otras fuentes consultadas por el 'New York Times' dijeron no tener información sobre la participación del general Casey en las conversaciones.
Para el embajador, "el punto fundamental, la meta de acabar con la guerra, es el tributo más importante que podemos rendir a nuestros soldados que han perdido sus vidas aquí consiguiendo que la causa por la que lucharon sea aceptada por sus antiguos enemigos, por aquellos que lucharon contra ellos".
En todo caso, Jalilzad se dijo de la opinió de que "no ha ido todo lo bien que nos hubiera gustado". "Creo que el factor que ha complicado todo es la intensificación de la violencia sectaria, particularmente tras lo sucedido en Samarra", agregó el que será nuevo embajador estadounidense ante la ONU.