BAGDAD, 5 Feb. (EP/AP) -
El Ejército estadounidense ha ordenado a sus pilotos varias modificaciones en las tácticas y procedimientos de los helicópteros de combate tras reconocer que cuatro aparatos han sido derribados por la insurgencia en tan solo dos semanas, explicó el portavoz militar de las fuerzas armadas estadounidenses en Irak, William Caldwell.
Los cuatro helicópteros --tres del Ejército estadounidense y uno privado-- fueron derribados desde el pasado 20 de enero, fecha desde la cual los insurgentes iraquíes anunciaran poseer nuevas armas antiaéreas. Una milicia suní anunció también que "Dios nos ha proporcionado nuevos medios" de amenazar las aeronaves estadounidenses.
Caldwell informó en rueda de prensa que las investigaciones sobre los cuatro incidentes aún no han concluido, pero que "parece que todos ellos fueron consecuencia de algún tipo de fuego de tierra".
Se trata de la primera vez que un alto mando estadounidense en Irak admite públicamente que los cuatro helicópteros fueron derribados por fuego enemigo. Sin embargo, Caldwell aseguró que aún es prematuro considerar que la amenaza se haya incrementado drásticamente.
"Ha habido un intento continuado de atacar nuestros helicópteros", explicó Caldwell. "Estamos preparados para realizar ajustes en las tácticas, técnicas y procedimientos de nuestros helicópteros, conforme a los datos que tenemos".
Los helicópteros estadounidenses ya aplican tácticas como vuelos veloces y rasantes, la constante modificación de las rutas o la utilización de vuelos en zig-zag en las zonas peligrosas.
Los cuatro helicópteros fueron derribados durante un reciente incremento en la violencia, que un funcionario del Ministerio del Interior dijo ha costado casi mil vidas únicamente durante la última semana. Al menos 103 personas murieron o fueron encontradas sin vida el domingo, la mayor parte en Bagdad, dijo la policía.
Tres de los helicópteros cayeron en zonas predominantemente suníes y el cuarto lo hizo durante combates con miembros de un culto chií cerca de la localidad de Nayaf. Funcionarios estadounidenses han acusado recientemente a Irán de proporcionar armas modernas a los milicianos chiís.
Desde mayo del 2003, Estados Unidos ha perdido más de 50 helicópteros, cerca de la mitad de ellos por ataques violentos. Pero la caída de cuatro aeronaves en sólo dos semanas generó conjeturas de que los insurgentes iraquíes estén empleando armas más avanzadas o de que las tácticas norteamericanas no están funcionando.
El país, mientras, vivió una nueva jornada de violencia. El Ministerio del Interior iraquí informó de la muerte de 1.000 personas sólo durante la semana pasada. Hoy domingo, la cifra de muertos ascendió a 103, según la Policía.
