BAGDAD, 8 Sep. (EP/AP) -
Al menos quince personas murieron y otras 35 resultaron heridas en un atentado suicida con coche bomba en el barrio chií de Ciudad Sadr, en Bagdad, según informaron hoy fuentes médicas y policiales. En total, al menos 36 personas han muerto o fueron halladas muertas en todo el país en circunstancias violencias.
El vehículo despertó las sospechas de la Policía iraquí, que abrió fuego contra su conductor cuando éste se saltó un control policial. Sin embargo, el suicida logró detonar sus explosivos, según fuentes de las fuerzas de seguridad.
En el ataque, además, muchos vehículos y automóviles resultaron dañados, dijeron los funcionarios. Se cree que el objetivo del suicida era un mercado cercano, situado a tan solo 200 metros del lugar en el que detonó el artefacto.
La explosión tuvo lugar delante de una peluquería. Ocho de los fallecidos, dos peluqueros y seis clientes, se encontraban en este local en el momento de la deflagración, según indicó un agente de la Policía bajo condición de anonimato.
Otro atentado, esta vez perpetrado en la ciudad santa chií de Kufa, unos 160 kilómetros al sur de Bagdad, costó la vida a cuatro personas y heridas a otras cinco, explicó un funcionario sanitario de la vecina ciudad de Nayaf, Jalil al Yasiri.
En el norte, al sur de la ciudad de Kirkuk, fueron hallados los cuerpos de cuatro árabes suníes. Los cuatro fueron tiroteados ayer cuando se dirigían a un entierro. En una localidad situada a unos 15 kilómetros al norte de Kirkuk también fueron hallados los cadáveres con signos de tortura de dos kurdos, explicó el general de brigada Sarhat Qadir.
Por otra parte, un grupo de milicianos armados mataron a Mohamed al Qaraui, director para asuntos tribales del Movimiento Sadr en Nayaf. El ataque ocurrió ayer viernes en la carretera entre Kufa y Nayaf, según indicó el general Abdul Karim al Mayahi.
Por último, un disparo de mortero mató a dos personas tras impactar contra una vivienda del barrio chií de Baladiyat, en el este de Bagdad. Tres personas más resultaron heridas, según la Policía.
Mientras, el Ministerio de Defensa iraquí adoptó una medida radical para intentar acabar con los ataques contra los oleoductos y las líneas eléctricas. Así, advirtió que los aviones militares "abrirán fuego de inmediato contra cualquiera que intente dañar la riqueza o infraestructura del país".
El total de civiles asesinados en Irak ha descendido en Bagdad y sus inmediaciones desde el despliegue de febrero de 30.000 militares estadounidenses más, pero los insurgentes suníes parecen haber logrado perpetrar varios atentados espectaculares a pesar de las renovadas medidas de seguridad.
