NUEVA YORK, 24 Mar. (EP/AP) -
El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó por unanimidad la resolución que impone nuevas sanciones a Irán por su negativa a interrumpir el enriquecimiento de uranio.
Las nuevas medidas incluyen el embargo a la exportación de armas y la congelación de las cuentas de 28 personas y organizaciones más presuntamente relacionadas con los programas iraníes nucleares o balísticos. Alrededor de un tercio de ellos están vinculados con la Guardia Revolucionaria iraní, el cuerpo militar de élite de la República Islámica.
"Esta resolución envía una señal inequívoca al Gobierno y al pueblo de Irán de que la senda de la proliferación nuclear iraní no es una que la comunidad internacional pueda aceptar", afirmó el embajador de Reino Unido ante la ONU, Emyr Jones Parry.
En la sesión estuvo presente el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Manouchehr Mottaki. En un principio estaba previsto que el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, viajara a Nueva York para asistir a esta sesión, pero el dirigente canceló el viaje alegando un retraso de Estados Unidos en la entrega de su visado.
Los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad --Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, Francia y China-- pactaron junto con Alemania la redacción de la resolución con el fin de obtener el máximo consenso. Se realizaron varias concesiones menores para superar las objeciones de algunos países miembros, pero no se modificaron las sanciones clave.
El embargo de armas es una de las sanciones más severas, pero la mayoría de las ventas de armas iraníes no resultarán afectadas, según Estados Unidos, ya que son enviadas por cauces no convencionales a milicias como Hezbolá, en Líbano, o las milicias chiíes de Irak.
La nueva resolución establece también restricciones de aplicación voluntaria sobre los viajes de los individuos sancionados, las ventas de armas a Irán o sobre la concesión de ayuda financiera o préstamos al Gobierno de Teherán.
Además, solicita a la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), la agencia de la ONU para cuestiones nucleares, un informe que será presentado en 60 días sobre la hipotética suspensión del enriquecimiento de uranio y advierte a Irán de que podrían aplicarse medidas más severas si no cumple esta exigencia.
Establece también la suspensión de las sanciones si suspende el enriquecimiento y deja claro que Teherán puede aún acogerse al paquete de incentivos económicos y políticos ofertados el año pasado si cumple con las exigencias del Consejo de Seguridad.
Varios de los miembros no permanentes del Consejo, formado por los cinco permanentes y diez electos por la Asamblea General, presentaron una sorpresiva oposición a la nueva resolución y consiguieron una referencia a la petición de la AIEA en favor de un Oriente Próximo libre de armas de destrucción masiva.
Indonesia y Qatar abogaban por una redacción más rotunda, pero Estados Unidos se opuso por las implicaciones que supondría para Israel, un país que posee armas nucleares pero que nunca lo ha reconocido oficialmente.
Aunque Irán insiste en que su programa nuclear es simplemente para la producción de energía, otros países sostienen que es persigue la fabricación armas nucleares. Por ello, el Consejo impuso a Irán una serie de sanciones restrictivas y pidió a Teherán la suspensión del enriquecimiento de uranio.
De acuerdo con dichas sanciones, los observadores de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) aprobaron la semana pasada la suspensión de 22 proyectos de ayuda técnica en Irán. Precisamente el director de la agencia, Mohamed ElBaradei, presentó entonces un informe en el que aseguraba que Teherán continúa con el enriquecimiento de uranio a pesar de la petición del Consejo de Seguridad de suspender toda actividad relacionada con su programa nuclear.
