DUBLIN 25 Sep. (EP/AP) -
El líder del Partido Laborista irlandés, Eamon Gilmore, señaló hoy la obligación del primer ministro, Bertie Ahern, de renunciar a su cargo debido al dinero recibido de empresarios, tras darse a conocer por investigadores las cuentas privadas del dirigente.
Gilmore afirmó que las explicaciones ofrecidas por Ahern acerca del cobro de dinero secreto que ingresó a mediados de los años 90 fueron contradictorias, con cifras inverosímiles y cantidades astronómicas.
El líder laborista habló acerca de la situación económica de Ahren cuatro días después del testimonio del primer ministro ante un tribunal de corrupción que investigaba los ingresos no registrados de más de 100.000 euros que Ahern introdujo en cuentas abiertas entre 1994 y 1995.
El Parlamento irlandés volverá a reunirse mañana y le seguirán dos meses de receso con un debate acerca de la integridad de Ahern y su política, actualmente en el foco de la atención pública. Ahern, ministro de finanzas antes de convertirse en primer ministro hace una década, afirmó no tener cuentas personales en Irlanda desde los años 1987 hasta 1993.
El dirigente irlandés dijo no poder recordar la identidad de muchos de los donantes, pero defendió el uso secreto del dinero, además de un trato favorable en la adquisición de una casa en Dublín, con la excusa de necesitar ayuda tras sus separación matrimonial.
Durante su testimonio, admitió haberse equivocado al facilitar detalles de ingresos en el banco bajo el nombre de la que era su novia en ese momento, al no haber dicho a los investigadores que la mayor parte del dinero eran originalmente libras. Además, negó haber recibido esa cantidad en dólares americanos.
Por su parte, los investigadores insisten en que uno de los ingresos equivale exactamente a 45.000 dólares americanos, motivo por el cual Ahern ha decidido elaborar un informe refutando que esa cifra nunca existió.
Gilmore señaló que los líderes de la oposición habían decidido conceder a Ahern el beneficio de la duda hasta que testificase. "Él ya ha dado una explicación, una explicación increíble", dijo Gilmore, quien reconoció el error que supuso no haber presionado más a Ahern durante la campaña electoral.
"Creo que sería mejor para el país si renunciase voluntariamente", explicó el líder de la oposición, quien admitió "no creer ninguna de las historias que ha contado, al igual que una gran mayoría de irlandeses".