TOKIO, 16 Jul. (EP/AP) -
Dos personas murieron y más de 160 resultaron heridas tras un seísmo de 6,8 grados de magnitud en la escala de Richter que sacudió hoy el noroeste de Japón. El corrimiento derribó decenas de edificios de madera y provocó un incendio en la central nuclear de Kashiwazaki y olas de unos 50 centímetros en la prefectura (provincia) de Niigata. Podría haber al menos dos personas sepultadas bajo los escombros de una vivienda de apartamentos.
La ciudad de Kashiwazaki parece ser la más afectada, donde las viviendas más antiguas, de madera, fueron reducidas a escombros. La agencia de noticias Kyodo asegura que más de 160 personas resultaron heridas.
De momento no hay informes de víctimas mortales, aunque uno de los heridos está inconsciente y otros dos podrían estar bajo los escombros de una de las casas derrumbadas, según informó la cadena de televisión NHK.
Por otra parte, la central nuclear de Kashiwazaki sufrió un incendio y de ella salen columnas de humo negro. La central se apagó automáticamente durante el terremoto, pero no pudo impedirse que en un transformador eléctrico se originase este incendio. En cualquier caso, no se ha detectado fuga de radiación y el fuego está "bajo control", según los medios nipones.
La fuerza del seísmo inclinó puentes y carreteras y provocó grietas de hasta un metro de ancho a lo largo de la costa. Un tren que se encontraba detenido en una estación fue desplazado y descarrilado, pero no se han registrado heridos.
La Agencia Meteorológica japonesa emitió alerta de tsunami en las localidades costeras de Niigata, pero levantó la advertencia poco después sin que se esperen daños significativos, ya que las olas apenas alcanzaron los 50 centímetros de altura.
El terremoto pudo sentirse en Niigata a las 10:13 horas (3:13 hora peninsular española) y tuvo su epicentro en el mar, cerca de la costa de Niigata, una región situada a 260 kilómetros al noroeste de Tokio.
En las zonas del centro y el norte de Japón, incluido Tokio, también pudo sentirse el terremoto. El temblor provocó sacudidas en los edificios de Tokio y se ha suspendido el servicio de trenes-bala entre Tokio y el norte y noroeste del país, según informó NHK.
El primer ministro, Shinzo Abe, que se encuentra en Nagasaki, en el sur del archipiélago nipón, regresará a Tokio de inmediato para supervisar las tareas.
