Kosovo.- Albano-kosovares y serbios debatirán a partir de hoy en Viena el plan de la ONU sobre Kosovo

Actualizado: miércoles, 21 febrero 2007 9:20

Con las dos partes enrocadas en sus posturas, Ahtisaari admite que podría cambiar su propuesta si se llegase a un consenso

BELGRADO/VIENA, 21 Feb. (EUROPA PRESS) -

Las delegaciones oficiales de Belgrado y Pristina tendrán la oportunidad a partir de hoy de exponer sus puntos de vista sobre la propuesta para el futuro de Kosovo del enviado especial de la ONU, Martti Ahtisaari, con motivo del inicio en Viena de la última ronda de negociaciones sobre el estatus de la provincia serbia.

En la capital austríaca, los equipos negociadores serbio y albano-kosovar se verán las caras en presencia de los mediadores internacionales, el propio Ahtisaari y su adjunto, Albert Rohan. Mientras los albano-kosovares ya han anunciado su deseo de que el plan permita alcanzar la independencia, el Gobierno serbio ha advertido de que no admitirá ninguna propuesta que no preserve la integridad territorial del país y ha expresado su esperanza de que el Consejo de Seguridad de la ONU bloquee cualquier plan que suponga una escisión en un "Estado miembro".

El enviado especial admitió este pasado fin de semana que "no cree en milagros" y que no espera que ambas partes lleguen a un acuerdo respecto a su plan para el futuro de Kosovo. En estas circunstancias, el portavoz de la Oficina del Enviado Especial de la ONU para Kosovo (UNOSEK), Remi Dourlot, ha asegurado en Viena que el enviado especial está dispuesto a modificar su propuesta en caso de que alguna de las dos partes presente una alternativa que sea aceptable para la otra, según informó ayer la agencia serbia de noticias Tanjug.

En principio está previsto que las negociaciones de Viena duren hasta el próximo 2 de marzo, según explicó Dourlot a la agencia de noticias serbia Beta. Lo que se pretende en este plazo de tiempo, añadió, es que las dos partes presenten sus propios puntos de vista y discutan, uno a uno, los doce anexos relativos a las cuestiones técnicas de la propuesta de Ahtisaari.

"Durante la primera ronda de las negociaciones, el plan de Ahtisaari será discutido capítulo a capítulo, anexo a anexo", explicó. Posteriormente se celebrará "una segunda ronda, de un día de duración, el 10 de marzo, cuando se analizará de nuevo el conjunto del documento", prosiguió.

CONSEJO DE SEGURIDAD

Tras las conversaciones de Viena, el enviado especial de la ONU expondrá la versión definitiva de la propuesta sobre el estatus de Kosovo ante el Consejo de Seguridad de la ONU para su consideración.

El 'número dos' de Ahtisaari, Albert Rohan, señaló el lunes que hay "pocas probabilidades" de que las negociaciones de Viena permitan alcanzar un compromiso y añadió que "no hay una verdadera alternativa a la propuesta de la ONU". "Serbia no pierde nada con el plan de Ahtisaari, puesto que Kosovo no está de hecho bajo control serbio desde 1999", declaró Rohan al diario vienés 'Courier'. "Desamos crear las condiciones para que el pueblo de Kosovo viva con seguridad y normalidad", prosiguió. "Si los serbios de Kosovo analizan nuestras propuestas sin prejuicios no vemos ninguna razón para rechazarlas", añadió.

El propio Ahtisaari se mostró este fin de semana "extremadamente realista" sobre las posibilidades de que Pristina y Belgrado lleguen a un acuerdo y aseguró que no cree en "milagros", pero advirtió a serbios y kosovares de que el debate sobre el futuro de Kosovo no puede durar "eternamente" y que en algún momento tendrá que elaborar sus conclusiones.

De estas palabras se deduce que, en caso de que ambas partes no lleguen a un compromiso serio en Viena, el propio enviado especial remitirá directamente al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas su actual propuesta tal como ha sido presentada.

Al respecto, el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, ha declarado al diario alemán 'Handelsblatt' que el Consejo de Seguridad de la ONU debería tomar una decisión sobre Kosovo tanto si los albano-kosovares y los serbios llegan a un acuerdo en Viena como si no.

De momento, Rusia ya ha anunciado su oposición a la independencia de Kosovo. El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, afirmó el pasado viernes que esta decisión acarrearía "las consecuencias más negativas" para los Balcanes y Europa y reiteró la advertencia ya lanzada en septiembre pasado de que Rusia usará su derecho de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU en caso de no estar de acuerdo con la propuesta de Ahtisaari.

INDEPENDENCIA, PERO SIN MENCIONARLA

Martti Ahtisaari presentó el pasado 2 de febrero su propuesta, en la que no se menciona expresamente la palabra "independencia" pero sí se contempla que Kosovo goce de una amplia autogestión, que sería supervisada por la comunidad internacional, y que se conceda a la todavía provincia serbia todos los atributos propios de un Estado soberano --Constitución, bandera e himno nacionales--, así como el derecho a estar representada ante los organismos internacionales.

El proyecto, que consta de 60 páginas, pide que Kosovo "se gobierne a sí mismo de forma democrática y con total respeto por la ley", recomendando la adopción de una Constitución propia y postulando su derecho para "negociar y adherirse a acuerdos internacionales, incluido el derecho a su inclusión como miembro en las organizaciones internacionales". El proyecto prevé también la concesión de una amplia autonomía a las áreas de Kosovo de mayoría serbia, concentradas en el norte de la provincia.

El sistema para Kosovo sería similar al de los Acuerdos de Dayton que pusieron fin a la guerra de Bosnia de 1992-95 y establecieron una administración internacional para supervisar los asuntos del día a día. A tal efecto, fuentes diplomáticas incidieron en que el proyecto de Ahtisaari recomendará la creación de un representante internacional.

Kosovo ha estado bajo protectorado de la ONU desde 1999, cuando los bombardeos de la OTAN pusieron fin a la campaña de Serbia contra los separatistas albano-kosovares. La mayoría albanesa de la provincia quiere la independencia, pero Belgrado quiere que Kosovo siga formando parte de Serbia.

LAS POSICIONES

El mismo día de la presentación y tras reunirse con Ahtisaari, el presidente de Kosovo, Fatmir Sejdiu, expresó su deseo de que la propuesta permita a la provincia "convertirse en un Estado independiente". Con el mismo argumento, pero en un sentido bien contrario, el presidente de Serbia, Boris Tadic, mostró ese mismo día su rechazo precisamente porque el plan abría "la posibilidad a la independencia".

El primer ministro serbio, Vojislav Kostunica, expresó este pasado fin de semana su esperanza de que el Consejo de Seguridad de la ONU rechace, por ilegal e ilegítima, cualquier propuesta que suponga un nuevo diseño de las fronteras o la desmembración de Serbia, ya que "es inconcebible que Naciones Unidas arrebate territorio a uno de sus Estados miembros".

Asimismo, Kostunica aseguró que la delegación serbia que participará en Viena mantendrá una actitud constructiva pero rechazará cualquier propuesta que no preserve la integridad territorial del país.

El portavoz de los negociadores albanokosovares, Skender Hyseni, admitió el pasado viernes que su delegación no espera "alcanzar ningún acuerdo sobre las cuestiones planteadas con el equipo de Belgrado", pese a lo cual sus representantes acudirán a Viena para mostrar su "compromiso con este proceso que busca y creará el Estado de Kosovo".

En todo caso, el Ejército de Liberación de Kosovo (ELK), la guerrilla presuntamente desmantelada tras su lucha por la independencia entre 1998 y 1999, ha reivindicado el ataque con bomba perpetrado el pasado lunes contra tres vehículos de la ONU, afirmando que fue una represalia por la muerte de dos albano-kosovares durante una manifestación contra la propuesta de Naciones Unidas.