BIARRITZ (FRANCIA), 26 Ago. (Reuters/EP) -
El presidente francés, Emmanuel Macron, anfitrión de la cumbre del G7 celebrada este fin de semana en Biarritz, ha explicado que no hay un consenso sobre la posibilidad de invitar a Rusia a la próxima reunión del club, que se celebrará el año que viene en Estados Unidos.
El principal valedor del retorno de Rusia sería el presidente estadounidense, Donald Trump, quien, según fuentes diplomáticas defendió enérgicamente la presencia de Vladimir Putin cinco años después de su expulsión del entonces G8 debido a la anexión rusa de la Crimea ucraniana.
Al parecer solo el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, se puso del lado de Trump y el japonés Shinzo Abe se mantuvo neutral. El resto, Boris Johnson, Justin Trudeau, Angela Merkel, Emmanuel Macron y el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, rechazaron firmemente la propuesta.
"En ese momento (...) la situación era muy tensa por decirlo suavemente", ha explicado un diplomático europeo citado por el diario británico 'The Guardian'. "La mayoría de los dirigentes insistían en que esto es una familia, un club, una comunidad de democracias liberales, y por eso no se puede permitir la presencia del presidente Putin", ha añadido.
Trump ha contrataacado con el argumento de que la presencia de Rusia es importante a la hora de tratar cuestiones como Irán, Siria o Corea del Norte. "Tenemos unas diferencias fundamentales", ha reseñado la fuente.
Por su parte, Rusia ha respondido que sería "imposible" regresar al G7 si la invitación parte de uno solo de sus integrantes. "Todas las decisiones se toman por consenso", ha recordado el portavoz del Kremlin Dimitri Peskov. "Para Rusia no es un objetivo en sí mismo pertenecer al G7 ni volver al G7", ha explicado Peskov en rueda de prensa telefónica.
