MADRID, 12 Feb. (EUROPA PRESS) -
Los presidentes de Francia e Italia, Emmanuel Macron y Sergio Mattarella, respectivamente, han mantenido este martes una conversación telefónica en la que han recalcado la importancia de las relaciones bilaterales, tras las últimas tensiones diplomáticas.
El Elíseo ha detallado en un comunicado que ambos mandatarios han recordado que las relaciones "están alimentadas por lazos históricos, económicos, culturales y humanos excepcionales".
Por ello, han resaltado que "Francia e Italia, quienes han construido juntos Europa, tienen una responsabilidad particular para trabajar juntos en la defensa y reactivación de la Unión Europea (UE)".
El Gobierno francés llamó a consultas la semana pasada a su embajador en Italia por los "ataques reiterados" lanzados por los líderes de los dos partidos que conforman la coalición gubernamental, Luigi Di Maio (M5S) y Matteo Salvini (Liga). "Era importante enviar una señal", dijo posteriormente el portavoz del Ejecutivo galo, Benjamin Griveaux.
Griveaux aclaró el viernes que no se trata de una retirada "permanente", sino de un gesto "temporal" para evidenciar el malestar creciente en París por las sucesivas intromisiones políticas de Salvini y Di Maio.
La gota que ha colmado el vaso es la reunión de este último con líderes del movimiento de protesta de los 'chalecos amarillos', aunque las autoridades galas tampoco han ocultado su malestar por los llamamientos en contra de Macron o por las críticas al papel de Francia en África y a la gestión de la crisis migratoria en el Mediterráneo.
Tanto Di Maio como Salvini han mostrado su voluntad de verse con Macron o con representantes del Gobierno francés, una oferta a la que respondió Griveaux para recordarles que no son ellos quienes están al mando. "Solo hay un jefe de Gobierno en Italia y es el señor (Giuseppe) Conte", dijo, en alusión al primer ministro italiano.
El líder del M5S, entretanto, publicó una tribuna en 'Le Monde' para explicar que si se reunió con los 'chalecos amarillos' fue porque sus reivindicaciones "trascienden (los conceptos de) derecha e izquierda y ponen en el centro al ciudadano y sus necesidades".
En este sentido, y un día después de que el Gobierno galo acusase a los dirigentes italianos de actuar por intereses electorales, Di Maio negó que "el futuro de la política europea sea de partidos de derecha o de izquierda".
El viceprimer ministro italiano insistió además en que el pueblo francés es "un punto de referencia" y no un "enemigo". "Las divergencias políticas y de visión entre los gobiernos francés e italiano no deben afectar a la historia de amistad que une a nuestros dos pueblos y Estados", remachó.
