MADRID 23 Feb. (EUROPA PRESS) -
El Movimiento Nacional de Liberación del Azawad (MNLA) ha presentado este viernes una demanda ante el Tribunal Penal Internacional (TPI) contra al presidente de transición de Malí, Dioncounda Traoré, y el resto de su Gobierno por "crímenes de guerra" y "crímenes contra la Humanidad".
"Las demandas han sido presentadas contra Traoré en tanto que primer responsable de Malí, así como contra el Gobierno interino instalado en el país tras el golpe militar de marzo de 2012", ha explicado el grupo a través de un comunicado oficial.
Traoré fue designado el año pasado como presidente interino en sustitución de la junta militar que se hizo con el poder tras un golpe de Estado en marzo. Pese a esta cesión del mando, los líderes golpistas han seguido interviniendo en cuestiones gubernamentales.
"Los responsables del Ejército se ven particularmente afectados por esta denuncia y serán procesados por crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad contra civiles del Azawad tras las masacres cometidas por los soldados de las Fuerzas Armadas en los territorios en los que se ha vuelto a desplegar", ha agregado.
En este sentido, el MNLA ha señalado que "varios centenares de civiles han sido ejecutados, cifra de la que únicamente una ínfima parte ha sido publicada por Human Rights Watch (HRW) y Amnistía Internacional (AI)".
"Los saqueos, pillajes, violaciones y asesinatos se producen impunemente tras el despliegue militar francés el 11 de enero en el marco de la operación 'Serval'", ha añadido.
"Es completamente intolerable que las tropas malienses continúen, con total impunidad, atacando a la población civil del Azawad, y en particular contra tuareg y árabes", ha expresado la formación tuareg, que ha criticado también que no haya una "reacción enérgica" por parte de la comunidad internacional. Por último, el grupo ha subrayado que "nunca ha usado prácticas indignas y humanas".
El comunicado ha sido emitido por el MNLA desde la localidad de Kidal, bajo control de la formación tras arrebatársela a las milicias armadas islamistas en enero.
Kidal era la última de las tres capitales de la región de Azawad (noreste de Malí) que seguía bajo control de las milicias islamistas después de la toma de Gao y Tombuctú durante el fin de semana por parte de las tropas francesas y malienses que avanzan desde el sur del país.
La reentrada del Ejército de Malí en el Azawad plantea un problema para el MNLA, cuyo principal rival son precisamente las Fuerzas Armadas del país africano, ante la posibilidad de que, aupado por las tropas francesas, Bamako deje morir sus reivindicaciones territoriales y se vuelva al 'status quo' existente en enero de 2012, justo antes de que lanzara su ofensiva para hacerse con el control de la región, algo que consiguió en marzo, tras lo que declaró la independencia del territorio.
DENUNCIAS CONTRA EL EJÉRCITO
Fuentes internacionales de Derechos Humanos y los propios habitantes de las zonas en conflicto han acusado en las últimas semanas al Ejército de Malí de ejecuciones extrajudiciales y otros abusos contra los Derechos Humanos en el contexto de la actual ofensiva contra las milicias islamistas del norte del país, y el propio ministro maliense de Justicia, Malick Coulibaly, admitió que "ningún Ejército del mundo es perfecto" y que es posible que los soldados hayan cometido crímenes de guerra.
Varios vecinos de Mopti aseguraron al semanario británico 'The Observer' --que hace las funciones de edición dominical para el diario londinense 'The Guardian'-- que los soldados han procedido a detenciones, interrogatorios y torturas contra personas inocentes a las que acusan de estar relacionadas con los rebeldes.
Entre las víctimas de estos abusos, según los testigos, se encuentran los miembros de la etnia fulani. "El Ejército sospecha de nosotros, y si tenemos aspecto de fulani y no tenemos carné de identidad, nos matan", aseguró un vecino.
Fuentes de Amnistía Internacional (AI) recalcaron que hay evidencias de abusos por parte del Ejército de Malí, como ejecuciones extrajudiciales, incluso antes de que comenzara la actual ofensiva francesa y maliense en el norte.
Al respecto, algunos testigos explicaron que la ocupación islamista de la ciudad de Diabaly --que ya ha sido recuperada por las fuerzas malienses y francesas-- pudo haber sido un acto de venganza por la muerte de 16 predicadores musulmanes malienses y mauritanos supuestamente ejecutados por el Ejército el pasado mes de septiembre en esta localidad.
AI también advirtió de las posibles represalias a que se enfrenta la comunidad tuareg. Al respecto, dijo que hay evidencias de ejecuciones extrajudiciales contra tuaregs y de bombardeos indiscriminados contra los campamentos de esta comunidad, así como de matanzas contra sus ganados, de los que dependen para sobrevivir.
LUCHA DEL MNLA
En abril de 2012, el MNLA arrebató todo el norte de Malí, de mayoría tuareg, a las tropas gubernamentales en una rebelión cuyo fin último era la independencia, pero la revuelta fue enseguida secuestrada por tres grupos islamistas: el Movimiento de Unidad para la Yihad en África Occidental (MUYAO), Ansar Dine y Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI).
Desde entonces, los islamistas implantaron la 'sharia' (ley islámica) en las ciudades de Tombuctú, Kidal y Gao y destruyeron templos históricos en los que, según su criterio, se ejercía la idolatría.
A pesar de la declaración de independencia formulada entonces por el MNLA, ni Malí ni la comunidad internacional reconocieron el paso dado por el grupo tuareg. Los tuareg han protagonizado varios levantamientos para conseguir que se reconozca la autonomía de dicho pueblo o la creación de un país propio en la región.
Entre 1990 y 1996, los tuareg combatieron contra Malí y Níger en una revuelta instigada por una grave hambruna en la región, la dura represión contra los derechos políticos de esta población y la crisis de refugiados derivada de la debilidad política de ambos países durante la década de los ochenta.
Más recientemente, los tuareg volvieron a tomar las armas entre 2007 y 2009 a causa de la lenta e insatisfactoria desmovilización e integración de los rebeldes en la vida civil y las Fuerzas Armadas. En el proceso, varios políticos tuareg fueron destituidos de sus cargos y algunos terminaron en la cárcel.
A principios de enero, estos grupos islamistas comenzaron a avanzar hacia la línea de demarcación en la región de Mopti, mientras que varias unidades de los grupos 'yihadistas' presentes en la zona se desplegaron al sur de Tombuctú, ciudad que ya está bajo control del Gobierno central gracias a la operación militar lanzada con el respaldo de París.
La operación francesa comenzó el pasado 11 de enero, cuando el presidente del país europeo, François Hollande, anunció que su Gobierno atendería la petición de ayuda militar formulada por las autoridades malienses, ante la ofensiva lanzada por los islamistas.