BERLÍN, 25 Mar. (EUROPA PRESS/Juan Sanhermelando) -
La canciller alemana y presidenta de turno de la UE, Angela Merkel, el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, y el presidente de la Eurocámara, Hans-Gert Poettering, firmaron hoy la Declaración de Berlín para conmemorar el 50 aniversario del proceso de integración europea en nombre de las tres instituciones comunitarias, y se comprometieron así a resolver la crisis que bloquea la Unión Europea desde hace dos años a tiempo para las elecciones europeas de la primavera de 2009.
La firma tuvo lugar en el Museo Histórico Alemán en presencia de los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete y sus respectivos cónyuges, representantes de los grupos políticos de la Eurocámara y estudiantes del programa Erasmus.
La ceremonia se cerró con la interpretación del himno europeo, la Oda a la Alegría de la Novena Sinfonía compuesta en 1823 por Ludwig van Beethoven a cargo de la joven orquesta europea, que todos los asistentes escucharon en pie y aplaudieron.
"Los que esperaban que tendríamos en este 50 aniversario un Tratado constitucional estarán decepcionadas, pero la Declaración de Berlín abre la vía a los que piensan en un fortalecimiento de nuestro orden interno porque sabemos que necesitamos siempre adaptar la construcción política de Europa a realidades nuevas", dijo Merkel en su discurso previo a la firma.
Subrayó la importancia de que los líderes europeos se muestren "unidos" en el objetivo de dotar a la UE de una nueva base de aquí a las elecciones a la Eurocámara en 2009 y reiteró su compromiso de presentar una "Hoja de Ruta" en junio, al final de su presidencia.
"Estoy convencida de que interesa a Europa, a sus Estados miembros y a sus ciudadanos tener éxito. Un fracaso sería una situación histórica perdida. Las decisiones que tomemos tendrán grandes repercusiones positivas o negativas", subrayó, aunque recalcó que no hay que hablar de fracaso porque Europa ha salido antes de crisis peores y en el momento de su firma nadie esperaba que los Tratados de Roma sobrevivieran 50 años.
