Miles de seguidores se concentran en Pakistán para recibir a Benazir Bhutto a pesar de las amenazas

Actualizado: jueves, 18 octubre 2007 11:29


KARACHI (PAKISTÁN), 18 Oct. (EP/AP) -

Miles de seguidores de la ex primera ministra paquistaní Benazir Bhutto se reunieron hoy en la mayor ciudad del país, Karachi, para darle la bienvenida tras ocho años en el exilio, mientras las autoridades montan una operación masiva de seguridad para proteger a Bhutto de un posible ataque de los milicianos islámicos.

Desde el comienzo del día se han ido acercando sus seguidores en cuentos de autobuses, la mayoría desde la cercana provincia de Sindh, corazón de la dinastía política de Bhutto, aunque algunos han llegado también desde el norte.

"Hemos venido a felicitarle el regreso a Benazir. Ella es una bendición para la gente pobre del país", aseguró Habibulá, uno de los presentes, que ha recorrido unos 300 kilómetros desde la ciudad de Sanghar para ver a la ex dirigente.

"Mi regreso anuncia a la gente de Pakistán el regreso desde la dictadura a la democracia, desde la expoliación a la recuperación del poder, desde la violencia a la paz", declaró ayer Bhutto en una conferencia de prensa en Dubai.

Cerca de 2.500 paramilitares han sido desplegados alrededor del aeropuerto, y unos 10.000 más se encuentran a la espera, según el portavoz de las fuerzas de seguridad de Sindh, Fazal Mahmood. Otros 3.500 policías, incluyendo a siete escuadrones antibombas, y unos 5.000 voluntarios del partido de la ex mandataria vigilan la ruta, el El Partido Popular de Pakistán (PPP), según fuentes oficiales.

A pesar del escepticismo, el PPP espera una gran bienvenida con más de un millón de personas, aunque los observadores alegan que serán unas 100.000 personas las que se reunirán. El riesgo de enfrentamientos en la ciudad ha descendido gracias a la aparente buena voluntad del Movimiento de Mutahida Qaumi, el partido pro Musharraf que domina Karachi. Aun así, las autoridades han advertido de la amenaza de posibles atentados suicidas y bombas preparadas por los milicianos islámicos.

"No me asusta ninguna amenaza, mi padre sacrificó su vida por la gente y si país", declaró la política paquistaní. "No creo que ningún verdadero musulmán quiera atacarme ya que el islam prohíbe atacar a las mujeres y los musulmanes saben que si atacan a una mujer arderán en el infierno", añadió.