Miliband aspira a devolver al Laborismo al poder con un regreso a los orígenes

Ed Miliband
Foto: ANDREW WINNING / REUTERS
Actualizado: miércoles, 6 mayo 2015 19:53

LONDRES, 6 May. (EUROPA PRESS) -

   El estreno de Ed Miliband (Londres, 1969) como candidato laborista en las generales de este jueves recuerda a las tragedias de William Shakespeare. Una difícil batalla entre hermanos le dio en 2010 el liderazgo de una formación fracturada por las profundas divisiones de la guerra interna entre Tony Blair y Gordon Brown tras 13 años en el poder. El primogénito de la familia, el favorito de las encuestas, David Miliband, perdía en una ajustada votación en la que el peso del voto de los sindicatos fue clave para la victoria del hermano pequeño.

   Se trataba de la primera vez que Ed se adelantaba a quien hasta entonces había sido su referente. Con una diferencia de cuatro años de edad, los Miliband fueron al mismo colegio, Haverstock, un centro al norte de Londres que se considera el equivalente laborista a la exclusiva escuela de Eton a la que asistió el este jueves rival de Ed Miliband, el conservador David Cameron.

   Los dos hermanos se matricularon en idéntica Licenciatura en Oxford, Filosofía, Economía y Política (curiosamente, la misma que cursó Cameron) y los dos acabaron no sólo en el Parlamento, sino que pasaron a formar parte del Gobierno laborista, la primera vez desde la II Guerra Mundial en la que dos hermanos se sentaban en un ejecutivo británico.

   Frente al ascenso meteórico del mayor, quien acabaría ocupando la influyente cartera de Exteriores, Ed Miliband se integró en el Ministerio del Tesoro que dirigía Gordon Brown, por lo que, desde el principio, fue considerado como defensor de la guardia 'brownista' en la contienda abierta con los denominados 'blairistas', una corriente a la que, precisamente, pertenecía David.

   Su fidelidad a Brown le reportó en 2008 un ascenso como secretario de Estado de Energía y Cambio Climático, un departamento de nuevo cuño, y en 2010 se convirtió en el estratega jefe del programa electoral laborista, un caramelo envenenado que le reportó tantos elogios, como críticas.

Ed y David Miliband

TEMPRANO ACTIVISMO POLÍTICO

   El activismo político de Ed Miliband se forjó en plena infancia, fruto de la influencia de su padre, Ralph, un judío polaco que, tras escapar de los nazis en el último barco que partió de Bélgica a Reino Unido, pasaría a convertirse en uno los intelectuales marxistas más destacados en la segunda mitad del siglo pasado. En el hogar familiar eran habituales las tertulias con otros pensadores, lo que generó en ambos hermanos un germen que, en el caso de Ed, se desarrollaría en su etapa universitaria con un notable activismo que lo haría destacar posteriormente como una de las grandes promesas del Laborismo.

   Aunque siempre había permanecido a la sombra del mayor y tendía a presentarse como "el otro Miliband", cuando el partido abrió la sucesión tras la marcha de Brown, sorprendió con una candidatura que él mismo ha calificado como una de las decisiones más difíciles de su carrera. La relación entre ambos todavía sufre, según ha reconocido, a pesar de que el mayor decidió poner tierra de por medio abandonando el Parlamento y mudándose a Estados Unidos.

   Pese a ello, los ecos 'shakespearianos' se han reavivado con la campaña electoral, en la que ha tenido que escuchar acusaciones profundamente personales de destacados dirigentes conservadores que han cuestionado los principios de "quien ha sido capaz de acuchillar a su hermano por la espalda".

   Casado y con dos hijos, Ed Miliband está considerado como una de las figuras más a la izquierda del espectro liberal en el que se ha transformado el Laborismo. Su objetivo es retornar al partido al origen, tras la Tercera Vía de Blair, y para ello no ha ahorrado en ataques directos a la banca, al sector energético o a los grandes conglomerados de comunicación, como el que dirige Rupert Murdoch.

   Su tarea este jueves es titánica: en los últimos 100 años, tan sólo ha acontecido en tres ocasiones que un partido que hubiese perdido las elecciones obtuviese la mayoría absoluta en las generales siguientes. Esta es, sin embargo, la meta de Miliband, que tendría que irse hasta los años 30 del siglo pasado para encontrar el referente más reciente. Las encuestas, de hecho, lo ponen por detrás de Cameron en número de escaños, pero el joven Miliband ha demostrado estar acostumbrado a desafiar las previsiones.

Leer más acerca de: