Actualizado: miércoles, 16 septiembre 2015 15:46

SALZBURGO (AUSTRIA), 16 Sep. (Reuters/EP) -

Unos mil refugiados que estaban acampados a las afueras de la ciudad austriaca de Salzburgo han partido a pie hacia la frontera con Alemania después de esperar en vano poder subirse en algún tren, ha confirmado un portavoz del Ayuntamiento.

La compañía austriaca de ferrocarril OeBB ha confirmado la suspensión del tráfico ferroviario hacia Alemania por orden de las autoridades de este último país. Salzburgo es la última ciudad austriaca en la ruta para miles de inmigrantes y solicitantes de asilo que intentan llegar a suelo germano.

Un portavoz local ha informado que alrededor de mil refugiados "han decidido emprender el camino por su cuenta" tras la interrupción de los trenes. Unos 2.000 inmigrantes se habían concentrado en la principal estación de la ciudad y muchos de ellos pasaron la noche en un aparcamiento subterráneo.

CONTROLES

Austria ha introducido controles más estrictos en la frontera este miércoles, después de que Alemania hiciera lo propio el domingo. El flujo de llegadas a Austria desde Hungría se ralentizó el martes, tras la entrada en vigor en el país vecino de nuevas leyes que suponen el cierre efectivo de la frontera con Serbia y que penalizan con cárcel a aquellos que entren en el país de forma ilegal.

"Estos controles fronterizos deberían ser una señal importante para el mundo", ha subrayado la ministra del Interior, Johanna Mikl-Leitner, en declaraciones a la cadena ORF. "No puede haber un flujo sin fronteras de inmigrantes", ha añadido.

El canciller austríaco, Werner Faymann, ha dado una idea de la escala del 'atasco' de refugiados que hay en el país como consecuencia de los controles fronterizos impuestos por Alemania. "En estos momentos, más de 2.000 personas están llegando (a Alemania) en servicios ferroviarios normales", ha señalado a ORF.

"Pero si 25.000 o 22.000 personas están en alojamientos de emergencia, entonces uno ve que hay un cuello de botella que se ha producido por los controles", ha añadido. Según el canciller, los controles están ralentizando a los refugiados en lugar de impedir que crucen la frontera. "En Alemania, no se ha denegado la entrada a nadie", ha incidido.

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