Nasralá denuncia un intento de llevar a Líbano "al borde de la guerra civil" tras la explosión en Beirut

El líder del partido-milicia chií libanés Hezbolá, Hasán Nasralá
El líder del partido-milicia chií libanés Hezbolá, Hasán Nasralá - Marwan Naamani/dpa - Archivo
Publicado: sábado, 15 agosto 2020 0:12

Tilda de "puñalada por la espalda" el acuerdo entre Israel y EAU para normalizar sus relaciones

MADRID, 15 Ago. (EUROPA PRESS) -

El líder del partido-milicia chií libanés Hezbolá, Hasán Nasralá, ha denunciado este viernes que varias fuerzas políticas "intentaron derribar el Estado y poner a Líbano al borde de la guerra civil" tras las explosiones registradas el 4 de agosto en el puerto de la capital, Beirut, que han dejado al menos 170 muertos y 6.000 heridos.

Nasralá ha dicho en un discurso por el aniversario de la guerra con Israel en 2006 que "hubo un intento de derribar al Estado en las primeras horas tras la explosión" y ha agregado que "las fuerzas políticas y los medios explotaron el dolor de la gente para actuar no sólo contra Hezbolá, sino también contra el presidente, Michel Aoun".

Así, ha manifestado que estos esfuerzos fueron llevados a cabo "para beneficiar intereses personales y extranjeros" y ha recalcado que el partido-milicia ha "intentado controlar la situación" ante la "ira" entre sus seguidores ante "los intentos de incitar los enfrentamientos".

"Decimos a nuestros seguidores que mantengan esta ira, porque podríamos necesitarla un día para poner fin a todos los intentos de arrastrar a Líbano a una guerra civil", ha resaltado Nasralá, según ha recogido el portal libanés de noticias Naharnet.

Por otra parte, ha apuntado que estos partidos que presuntamente estuvieron detrás de estos intentos "no fueron los que derribaron el Gobierno". "El Ejecutivo fue derribado por un cúmulo de circunstancias y dificultades. De hecho, una explosión de esa magnitud hubiera hecho difícil continuar a cualquier Gobierno", ha argumentado.

Nasralá ha solicitado además la creación de "un gabinete firme, capaz y políticamente protegida" tras la dimisión el lunes del primer ministro, Hasán Diab, y el resto del Gobierno ante las protestas por parte de la población exigiendo responsabilidades por la catástrofe.

De esta forma, ha incidido en que "hablar de un Gobierno neutral es una pérdida de tiempo", ya que "no hay independientes en Líbano". "Pedimos intentos para formar un Gobierno de unidad y, si no es posible, un Gobierno que cuente con la más amplia representación posible de políticos y expertos", ha defendido.

Nasralá ha dicho de que, si bien las investigaciones "no demuestran hasta ahora que hubiera un bombardeo a través de un avión o un dron", no ha descartado un acto de sabotaje. "Hezbolá no cuenta con una versión de lo sucedido (...) y está esperando a los resultados de las investigaciones", ha asegurado.

El incidente ha sido atribuido inicialmente a la explosión accidental de 2.750 toneladas de nitrato de amonio mal almacenado, si bien Aoun dijo la semana pasada que aún no descarta la posibilidad de que una "interferencia externa" fuera la causa. Asimismo, rechazó una investigación internacional.

"La investigación debe continuar y deben ofrecerse explicaciones al pueblo libanés. Si la investigación determina que Israel estuvo implicado, el Estado y la población libanesa deben poder pronunciarse sobre ello", ha indicado Nasralá, si bien el Gobierno israelí negó inmediatamente cualquier responsabilidad.

"Si la respuesta dependiera de Hezbolá, no podría permanecer en silencio ante un crimen de esta magnitud e Israel pagaría un precio de la misma magnitud", ha manifestado, antes de rechazar la posibilidad de una investigación internacional, tal y como reclaman familiares de las víctimas.

En esta línea, ha sostenido que el partido-milicia no confía en esta vía y ha criticado el anuncio del FBI sobre su participación en las investigaciones argumentando que "una pesquisa del FBI absolvería a Israel de cualquier responsabilidad".

"PUÑALADA POR LA ESPALDA"

En otro orden de cosas, Nasralá ha dicho que el acuerdo entre Israel y Emiratos Árabes Unidos (EAU) para normalizar sus relaciones supone "una puñalada por la espalda" y "una traición al Islam, a los árabes, a Jerusalén y al pueblo de Palestina".

"Es bueno que caigan las máscaras", ha dicho, antes de recalcar que Hezbolá "no está sorprendido por el anuncio". "La normalización está en curso desde hace mucho, pero parece que este anuncio responde a una agenda estadounidense, ya que Donald Trump necesita un éxito en el plano internacional antes del fin de su mandato", ha defendido.

El líder de Hezbolá ha enfatizado además que "este anuncio muestra igualmente hasta qué punto ciertos dirigentes del Golfo (Pérsico) están al servicio político y personal de Trump y (el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu)", tal y como ha recogido el diario libanés 'L'Orient le Jour'.

Así, ha resaltado que ambos "se encuentran en una mala situación en el plano electoral" en sus países, ante las recientes manifestaciones antigubernamentales en Estados Unidos e Israel. Por último, ha manifestado que espera que otros países de la región firmen acuerdos similares antes de las elecciones en el país norteamericano.

El acuerdo, anunciado el jueves, contempla que Israel suspende su decisión de anexionar zonas de Cisjordania, un hecho que destacó en Twitter el príncipe heredero emiratí, Mohamed bin Zayed, al informar del pacto.

Sin embargo, el primer ministro israelí subrayó en una rueda de prensa similar que el acuerdo "no supone cambios" a sus planes para anexionar zonas de Cisjordania, algo que "se llevará a cabo con total coordinación con Estados Unidos".

Por su parte, la Autoridad Palestina habló de "agresión contra el pueblo palestino" y "traición a Jerusalén", al tiempo que dijo que el pacto es "un golpe a la Iniciativa Árabe de Paz y a las decisiones de las cumbres árabes e islámicas".

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