KATMANDÚ 20 Sep. (EP/AP) -
El balance de muertos en Nepal por los disturbios del fin de semana subió a 19 víctimas después de que la Policía alcanzase varias áreas remotas afectadas por los enfrentamientos y encontrase varios cuerpos, según informaron fuentes oficiales.
El jefe del distrito de Kapilbastu, Narendra Dahal, indicó que las luchas se iniciaron en su región después de que un hombre armado matase a Mohit Jan, un político local, el domingo pasado en el pueblo de Chandrauta, a 300 kilómetros al suroeste de Katmandú.
Al comienzo, sólo se habían contabilizado tres fallecidos pero la Policía encontró 16 nuevos cuerpos durante sus búsquedas en las aldeas de más difícil acceso que se iniciaron ayer y continuaron durante todo el día de hoy. Dahal afirmó que seguramente se encuentren más víctimas según continúe la búsqueda de personas desaparecidas en el distrito.
Cientos de personas resultaron heridas durante los enfrentamientos y los daños materiales aún no han sido calculados aunque numerosos coches y casas resultaron muy dañadas, por lo que las autoridades impusieron un toque de queda. El jefe de distrito comentó que en algunas áreas aún está vigente con el objetivo de evitar un nuevo brote de violencia.
Jan, que murió el domingo después de que un hombre no identificado le disparase, encabezaba una patrulla ciudadana formada hace dos años para contener los ataques de los rebeldes comunistas. Aunque los maoístas abandonaron la revuelta armada y se unieron el año pasado a un proceso de paz con el gobierno nepalí, los seguidores de Jan denuncian que los rebeldes son los responsables de su muerte, aunque éstos lo han negado rotundamente.
Uno de los jefes de Policía del área, Sashi Silwal, comentó que cientos de agentes han sido desplegados para evitar una nueva revuelta, y que los autobuses y los demás vehículos de las autopistas están siendo escoltados por las fuerzas de seguridad.
Los rebeldes maoístas iniciaron el año pasado conversaciones de paz con el Gobierno nepalí tras unir fuerzas para acabar con el régimen totalitario del rey Gyanendra. Tras declarar un alto el fuego en su rebelión, cuyo fin último era derrocar a la monarquía, firmaron un acuerdo de paz y confinaron a todos sus combatientes en cuarteles militares supervisados por la ONU. En el marco del acuerdo de paz, entraron en el Parlamento en enero y en el Gobierno en abril, pero el martes pasado decidieron abandonar la coalición de la que formaban parte ante el fracaso en las conversaciones con los principales partidos.
Las relaciones entre los antiguos rebeldes y los siete partidos restantes de la coalición comenzaron a deteriorarse después de que durante un congreso celebrado el pasado 22 de agosto, los maoístas fijaran una serie de "requisitos previos" como la declaración de la República por parte del Parlamento interino y un sistema electoral plenamente proporcional que "garantice" las elecciones a la Asamblea Constituyente del 22 de noviembre.