NUEVA YORK, 30 Mar. (del corresponsal de EUROPA PRESS Carlos López) -
La comisionada de género del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) y consejera general de la ONCE, Ana Peláez, celebró hoy la ratificación española de la Convención de Derechos para las Personas con Discapacidad hoy en la sede de la Organización de Naciones Unidas (ONU), afirmando que por primera vez los discapacitados se convierten en sujeto de Derechos Humanos.
Peláez se expresaba así después de asistir al acto en el que el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, ratificaba dicha Convención, añadiendo que la misma supone "un antes y un después" ya que "aunque existieran los instrumentos jurídicos internacionales que se suponían cubrían sus derechos, ha sido la población seguramente más olvidada o al menos la que menos se ha tenido presente en esos pactos internacionales anteriores".
La nueva Convención contempla además que aquellos países que contemplen una legislación más avanzada que la que se diseña en su texto no podrán retroceder precisamente después de la entrada en vigor de este tratado internacional que afecta directamente a los 650 millones de personas que sufren algún tipo de minusvalía en el mundo.
La comisionada de género del CERMI afirmó que la legislación española en materia de discapacidad es una de las más avanzadas del mundo y en ese sentido aseguró que "la Convención ratifica eso y profundiza seguramente en algunas cuestiones pero es cierto que al ser una convención que se dirige a todos los países del mundo, de zonas en desarrollo y zonas con mayor desarrollo, los niveles de compromiso no son muy exigentes".
En este sentido destacó que "en España va a mejorar la situación de las personas con discapacidad, especialmente los grupos más vulnerables que se encuentran en entornos más segregados, que comparten además de la situación de discapacidad otra condición que les hace sufrir mayor discriminación como el caso de las propias mujeres con discapacidad".
Esto es así al tener en cuenta "que muchas de ellas, aproximadamente dos tercios de esas mujeres con discapacidad superan los 65 años y son de alguna manera personas que han legado un comportamiento social y una tradición cultural que verdaderamente las ha sometido a una situación de invisibilidad y discriminación".
Peláez destacó que la Convención, a través de varios de sus artículos, palía y corrige "esa situación de desventaja verdadera", al igual que hace una mención específica a la infancia con discapacidad "que hoy en día tiene otras oportunidades pero que sigue siendo un sector muy vulnerable al que verdaderamente hay que apoyar, para que el futuro de las personas con discapacidad tengan verdaderamente esa igualdad de oportunidad y todos los Derechos Humanos".
