La ONU pide a Birmania que libere al escritor encarcelado por su discurso sobre el budismo extremista

Actualizado: miércoles, 3 junio 2015 20:59

GINEBRA, 3 Jun. (Reuters/EP) -

Naciones Unidas ha pedido este miércoles a Birmania a través de un comunicado que libere de forma incondicional a un escritor encarcelado por ofensas al budismo o que de lo contrario corre el riesgo de crear una nueva generación de prisioneros políticos.

Htin Lin Oo, escritor y antiguo miembro del partido de la ganadora del Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, la Liga Nacional para la Democracia, fue sentenciado el lunes a dos años de cárcel y trabajos forzados por varios comentarios realizados en un discurso en el que pretendía criticar el budismo extremista.

El comunicado de la ONU ha asegurado que Htin Lin Oo habló de forma valiente sobre el uso del budismo con fines extremistas, criticando además a aquellos que usan dichos argumentos para incitar a la violencia contra la minoría musulmana rohingya.

"En lugar de detener por incitación a la violencia a los que piden el asesinato de los rohingya, las autoridades birmanas han encarcelado a un pacifista que se atrevió a cuestionar la manipulación de la religión con fines extremistas", ha asegurado la ONU. "U Htin Lin Oo habló con valentía sobre el uso del budismo como herramienta extremista", ha afirmado el texto.

El comunicado ha pedido al Gobierno birmano que envíe un mensaje claro contra la incitación al odio y la violencia. El país, después de su transición democrática hace cuatro años, ha sido testigo de la aparición de un tipo de budismo fuertemente nacionalista sin ningún tipo de precedente en las cinco décadas de estricto control militar.

Las enormes tensiones entre la mayoría budista y la minoría musulmana del país, que han acabado en ocasiones en fuertes disturbios y en una espiral de violencia religiosa, han surgido como resultado de la prohibición de las protestas y la facilidad para la censura con la que cuenta el Gobierno.

La minoría musulmana ha sido la más afectada y muchos rohingyas --a los que el Gobierno birmano no reconoce ni como minoría ni como ciudadanos del país-- han huido desesperados del clima de marginación que sufren en el país.

Desde 2014, más de 88.000 rohingyas se han embarcado en un peligroso viaje en busca de una vida mejor, confiándose a menudo a mafias traficantes como única solución. La Agencia para los Refugiados de la ONU (ACNUR) afirmó el mes pasado que se estima que cerca de 1.000 han fallecido en el mar y que una cifra similar se encontraría en manos de las mafias. Malasia ha afirmado haber acogido a 120.000 inmigrantes ilegales procedentes de Birmania y Tailandia y ha asegurado que espera dar cobijo a 100.000 inmigrantes más.

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