JERUSALÉN 1 Jun. (EUROPA PRESS) -
Un archivo en posesión de Reino Unido señala, según fuentes no identificadas citadas por un diplomático británico, que el Shin Bet --los servicios de seguridad internos israelíes-- colaboraron con el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) en el secuestro de un avión de la aerolínea Air France procedente de Israel en junio de 1976 que fue desviado a Entebbe, en Uganda, según informó hoy la cadena británica BBC.
"La operación estuvo diseñada para torpedear el aprecio de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) en Francia e impedir lo que ven como un creciente acercamiento entre la OLP y los americanos", según dejó escrito el diplomático británico D.H. Colvin, en un documento fechado del 30 de junio de 1967 --tres días después del secuestro-- citando una fuente no identificada, según se ha echo eco el diario israelí 'Haaretz'.
"Mi contacto dijo que el FPLP atrajo todo tipo de elementos salvajes, algunos de los cuales fueron introducidos por los israelíes", explicó Colvin, quien resumió que "según esta información, el secuestro fue obra del FPLP con la ayuda de los servicios secretos israelíes, el Shin Bet".
La operación de rescate de los decenas de rehenes por parte de Israel, bautizada como redada Entebbe, está considerada como una de las operaciones más exitosas y de mayor riesgo en la historia israelí. Por su parte, unidades de elite de las Fuerzas Armadas hebreas irrumpieron en el aeropuerto ugandés donde estaban retenidos los rehenes, muchos de ellos israelíes, desbancando a los secuestradores y las autoridades ugandesas del control de la situación.
A pesar de que los secuestradores utilizaron el secuestro para exigir la liberación de presos palestinos o simpatizantes, el archivo del Gobierno británico sobre el incidente --elaborado por el diplomático británico destacado en París citando una fuente no identificada--, asegura que Israel, de hecho, estaba detrás del secuestro.
No obstante, la participación del Shin Bet no ha sido corroborada con pruebas y el archivo tampoco deja claro si el Ejecutivo británico se tomó en serio o no tal acusación.