O.Próximo.- Jordania y Egipto trasladan a Cheney la necesidad de una solución pacífica al contencioso iraní

Actualizado: lunes, 14 mayo 2007 20:02

El vicepresidente destaca disminución de la violencia en la provincia iraquí de Al Anbar y los "desafíos" del conflicto palestino-israelí

AMÁN, 14 May. (EP/AP) -

Las autoridades jordanas y egipcias han trasladado al vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney, su deseo de ver una solución pacífica al contencioso iraní, además de subrayar la necesidad de que Washington se sume a los esfuerzos por revitalizar el proceso de paz en Oriente Próximo, según fuentes oficiales.

Cheney, que hoy se encuentra en Jordania tras hacer escala ayer en Egipto, emprendió una gira por la región con la intención de convencer a los principales aliados de Estados Unidos en la zona de que apoyen al Ejecutivo iraquí en su lucha por contener la violencia, además de recabar apoyos entre los países árabes para contrarrestar la creciente influencia del régimen de los ayatolás en la región, así como forjar un frente común contra las ambiciones nucleares de Irán.

Jordania, según constataron fuentes oficiales, se opone a toda acción militar contra Irán, aunque no pudieron precisar si el rey Abdalá II trasladó esta opinión a Cheney durante el encuentro que ambos mantuvieron, aunque horas antes, el monarca aseguró que "Jordania se mantiene partidaria de apoyar una solución pacífica a la cuestión de las capacidades nucleares de Irán que evitarían mayores tensiones en la región", según un comunicado emitido por la Casa Real jordana.

Una postura similar a la expresada por el portavoz del presidente egipcio, Hosni Mubarak, quien advirtió ayer a Cheney de que cualquier operación militar contra Irán supondría "graves consecuencias para toda la región", por lo que Egipto se oponía también a toda eventual acción militar en este sentido.

ORIENTE PRÓXIMO

Durante una reunión a puerta cerrada, Abdalá II advirtió a Cheney de que el tiempo para relanzar la propuesta de paz árabe --iniciativa impulsada en 2002 por Arabia Saudí y ratificada por el resto de miembros de la Liga Árabe-- para israelíes y palestinos se agota. "El tiempo no juega a favor de nadie", incidió el monarca jordano desde su residencia estival en Aqaba.

La iniciativa saudí promete el reconocimiento del Estado israelí por parte de todos los países árabes a cambio de la retirada hebrea de todos los territorios ocupados en la guerra de 1967, así como la creación de un Estado Palestino independiente y viable. Además, hace un llamamiento para una "solución justa" para los refugiados palestinos, algo muy polémico para Israel.

Así, Abdulá II insistió al vicepresidente estadounidense de la necesidad de "fijar un calendario para obtener resultados tangibles sobre el terreno", al tiempo que destacó el "rol fundamental" que Estados Unidos desempeña "en ayudar a palestinos e israelíes a regresar a la mesa de negociaciones para alcanzar un acuerdo final a la cuestión de los palestinos".

IRAK

Respecto a Irak, el monarca jordano reiteró en presencia de Cheney la importancia de "alcanzar la reconciliación nacional e incluir a todos los segmentos de la sociedad iraquí en el proceso político", en clara alusión de la comunidad suní, en el poder con el régimen de Sadam Husein y ahora desbancados del mismo por la mayoritaria confesión musulmana chií.

Además, apuntó a la necesidad de "restaurar la seguridad e impulsar la estabilidad en Irak" por ser algo, dijo, "en el interés del país, además ser un interés fundamental para Jordania".

En este sentido, manifestó su malestar por el hecho de que terroristas afiliados a Al Qaeda en Irak se están infiltrando en la frontera común jordano-iraquí para perpetrar ataques en Jordania. En noviembre de 2005, Al Qaeda en Irak se responsabilizó del triple atentado contra hoteles en Amán que provocó la muerte de 63 personas, incluidos los tres terroristas suicidas.

BALANCE DE CHENEY DE SU GIRA

El 'número dos' del Ejecutivo estadounidense, tras visitar brevemente Irak, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Jordania, destacó las reuniones "sorprendentemente positivas" que mantuvo con los altos mandos militares norteamericanos en Irak, tras incidir en que éstos "creen en lo que están haciendo".

Un síntoma del avance positivo en Irak es la disminución de la violencia en la provincia mayoritaria suní de Al Anbar, donde, según Cheney, la comunidad suní y otros ciudadanos residentes "se cansaron de Al Qaeda y se han mostrado dispuesto a oponerse a las actividades de Al Qaeda en esta parte de Irak", reconoció de camino de regreso a Washington a bordo de un avión, aunque recalcó no poder "precisar con exactitud lo que ocurrirá" en un futuro inmediato en el país árabe a pesar de los refuerzos militares estadounidenses por el incremento de atentados con coches bomba.

Respecto a su dura posición personal hacia Irán, Cheney aseguró que la postura desafiante de Teherán en relación a su persistente negativa para poner fin a su programa de enriquecimiento de uranio y su potencial papel positivo para pacificar Irak "son cuestiones diferentes", un día después de que Estados Unidos confirmara una cita en Bagdad entre representantes estadounidenses e iraníes en las próximas semanas. A este respecto, Cheney dijo no querer "predecir el resultado" de esta próxima reunión.

Por otra parte, Cheney se disculpó por el hecho de no "comentar exactamente los que los líderes de la región" le trasladaron "durante sus reuniones privadas", aunque en conjunto se mostró satisfecho de recabar el apoyo de los países árabes moderados, sobre todo, en materia de apoyo al Ejecutivo iraquí del chií Nuri al Maliki.

Preguntado por el hecho de si la situación en Oriente Próximo ha interferido con el mensaje que traía a la región sobre Irak, Cheney reconoció que en el conflicto palestino-israelí "hay muchos desafíos" y la necesidad de "trabajar" en "todas estas cuestiones importantes". "Creo que hay una serie de cuestiones que necesitan abordarse de forma simultánea", admitió.