ISLAMABAD, 6 Oct. (OTR/PRESS) -
Unas elecciones sin ganador, al menos por el momento. Ésta es la situación que vivirá hoy Pakistán, que celebrará unos comicios cuyo resultado permanecerá entre paréntesis hasta que el Tribunal Supremo aclare la legitimidad del actual presidente, el general Pervez Musharraf, para presentarse a la reelección. La oposición alega que no debería optar a un nuevo mandato de cinco años mientras siga siendo también el máximo mandatario del Ejército, situación que violaría la Constitución.
El Tribunal Supremo autorizó ayer que las elecciones se celebren hoy, tal y como estaba previsto, pero con una significativa condición. Y es que el ganador no se confirmará hasta que este organismo delibere sobre los recursos planteados por la oposición contra Musharraf y que le tachan de ilegítimo para presentarse a la reelección, aludiendo a que acapara los cargos de presidente y jefe del Ejército.
Según el magistrado que preside la causa, Javed Iqbal, las reuniones se reanudarán el próximo 17 de octubre, por lo que en el caso de que Musharraf obtenga hoy la mayoría de los votos, una decisión judicial podría arrebatarle el cargo.
El analista Talat Masood señaló que "Pakistán estará en un estado de incertidumbre durante algún tiempo", al menos once días. Desde el Gobierno, esta decisión se acata en tanto en cuanto viene de un órgano judicial. "Siempre hemos aceptado y respetado los fallos judiciales, y también aceptamos el fallo de hoy (por ayer)", precisó el viceministro de Información Tariq Azim.
ALIANZA CON BHUTTO
El propio Musharraf declaró al periódico 'The Times of India' que su intención es llevar a cabo unos comicios "transparentes e imparciales". En este sentido, el actual presidente, cuyo mandato expira el 15 de noviembre, aseguró que ni el Ejército ni la Inteligencia deberían "jugar un papel" en este área.
Respecto a las críticas de la oposición, Musharraf recordó el anunció que realizó hace días en el que nombraba a su sucesor al frente del Ejército, eso sí, una vez saliese presidente de nuevo. "Una vez que sea elegido, antes de que me tomen juramento, dejaré el uniforme", recalcó.
Musharraf firmó ayer la amnistía prometida a la ex primera ministra del país Benazir Bhutto, quien precisamente había reclamado al presidente la celebración de unas elecciones justas para acordar juntos un hipotético pacto. En principio, parece que poco a poco los entendimientos van llegando, ya que ambos dirigentes llegaron el jueves a un acuerdo relativo al borrador de la Ordenanza de Reconciliación Nacional.
Este guiño se enmarca dentro de las intenciones de poder compartido y que incluyen, entre otros asuntos, la eliminación de todos los casos "políticamente motivados" pendientes de resolución en Pakistán. Bhutto es la gran beneficiada de la aprobación de esta nueva norma, ya que se vio obligada a exiliarse del país hace ocho años huyendo de acusaciones de corrupción.